Holy Motors: Cara a Carax

Reconozco que mi último viaje en limusina fue bastante accidentado. Tras una insoportable sensación me empecé a marear, vomité encima de Robert Pattinson y me tiré en marcha. Fue la sensación que tuve con Cosmopolis, que como leisteis previously en esta crítica vacuna, no cumplió ninguna de mis expectativas. Así que cuando vi que Holy Motors también iba de la habitual práctica de viajar en limusina casi espero al siguiente taxi.

Os contaré que no soy un iniciado en Leos Carax, su carax me sonaba, pero poco más. ¿De verdad pensais seguir leyendo después de esta puta mierda de chiste? Si leeis esto es que si. Bueno, va, me centro… La primera media hora de Holy Motors no me atrapó en absoluto, y creí que la cinta unicamente buscaba provocar ¿Y cuales son las dos formas más recurridas para provocar en el cine? Sexo y violencia. Habrá gente a la que le sorprenda ver una polla en pantalla, pero yo estoy bastante curado de espanto, por lo que el filme me empezaba a parecer una mera sucesión de provocaciones.

Justo cuando iba a perder mi esperanza, Carax recupera el puso narrativo y al fin llegan los diálogos. Es un episodio entre el protagonista y su supuesta hija. A partir de ahí la película solo va in crescendo y empiezo a comprender todo lo anterior. Ah, que no os he explicado de que va la película… Es jodido… digamos que va de un hombre que trabaja como actor en episodios reales. Se desplaza en limusina y tras maquillarse vive fragmentos de vida ajenos. Mil caras, mil disfraces, en ocasiones parece un spin off loco sobre un Mortadelo viudo de Filemón. Realmente es una puta mierda de explicación, lo se.

Lo que os quería contar es que empezó muy abajo, pero al final tuve la sensación de haber visto una de las mejores películas de 2012. Sería muy osado decir que la comprendí, pues como os he contado no se mucho de la filmografía de Carax, pero como todos, fui capaz de formamrme una interpretación, y muy diferente seguro de otras personas que la hayan visto. Ese es uno de los contactos de Holy Motors.

En un mundo justo, Denis Lavant y Edith Scob serían serios aspirantes al oscar. Sus interpretaciones, en especial la de la bestia Lavant, son espectaculares, y muy complejas. Otro de los puntos fuertes de la cinta son sus momentos musicales. Desde el momento acordeón (acojonante) a la interpretación de Kylie Minogue, si, también sale en la peli.

Es absurdo, pero Holy Motors consigue emocionar, a pesar de que no entendamos muy bien lo que está pasando. Por el camino hay retazos de Lynch, Cronenberg, pero llevados a territorio francés y con el apoyo de París, un paris nocturno que es el mejor escenario posible para la trama.

Evidentemente estamos ante una película controvertida, pero que hipnotiza. Si como espectador te unes al juego de Carax saldrás más que satisfecho. Me quedo con una frase de la película: «La belleza está en el ojo del espectador».

Calidad de la leche: Inexplicablemente buena

 

Guy Pearce: El último gran puto amo

El subgénero del cine putoamista tiene en John McLane a su máximo exponente. Bruce Willis encarna en la saga Jungla de Cristal a un tipo duro y con toque macarra capaz de salvar Nueva York estando de resaca. Entre disparo y disparo su discurso se centra en tacos y genialidades. A partir de los incidentes ocurrimos en el Nakatomi Plaza en 1988 cada año llegan a la cartelera un montón de indeseables crápulas que se ponen el traje de héroe, pero todos no alcanzan el nivel putoamismo. Guy Pearce, agente angelino en la excepcional L.A. Confidential y amnésico tatuado en la primera obra maesta de Nolan, Memento, no figuraba en las quinielas, pero su Snow de MS1: Máxima Seguridad, le ha convertido en el último gran puto amo.

La pena es que MS1 no tendrá secuela, porque ni ha funcionado en taquilla ni la crítica la ha librado de la quema, por lo que no volveremos a tener noticias de Snow. A veces no entiendo la profesión de crítico de cine. ¿Cómo le va a gustar MS1 a un septuagenario acostumbrado al cine de Garci y a acudir a la Seminci? Pues eso, le pones a escribir sobre una peli de una prisión espacial sin pretensión alguna y pasa lo que pasa, que la crítica es lapidaria.

En los ojos adecuados MS1 es un divertimento competente. Guy Pearce es enviado a una prisión espacial tomada por los presos para rescatar a la hija del presidente. Si sois tan frikis como yo enseguida os habrá venido una película a la cabeza: 1997: Rescate en Nueva York, o en su defecto 2013: Rescate en LA. En ella era otro puto amo, Kurt Russell, quien vestido de cuero y con parche en el ojo intentaba rescatar al presidente de los Estados Unidos de América de un Nueva York apocalíptico converido en prisión.

Puede que los efectos no sean los de los dinosaurios de Jurassic Park, y puede que el guión tenga más agujeros que un queso gruyere, pero hay que rendirse ante el personaje de Guy Pearse, un tipo que fuma, que tiene una frase para cada ocasión y que recibe ostias como panes. Junto a el encontramos a una simpática Maggie Grace, recordada por ser la Shannon de Perdidos y a Peter Stormare, que alcanzó su mayor gloria en el Fargo de los Coen.

A falta de Aliens, en el espacio veremos a unos cuantos villanos interesantes que no se lo piensan demasiado a la hora de disparar. Se agradece que los personajes sean de gatillo fácil. De la dirección se encargan James Mather y Stephen St. Leger, a los que hay que sumar al mítico Luc Besson en el guión, que como siempre deja su sello. En definitiva, un buen pasarratos para los que no buscan el sentido de la vida. Desde ya rezamos para volver a ver a Snow en una situación complicada. Si se deja el proyecto en las manos adecuadas, el personaje que encarna Guy Pearce puede liderar un peliculón.

Calidad de la leche: Consumir una vez abierta

Os dejo el trailer:

Pequeñas mentiras sin importancia: Amor y comadrejas

Ya, ya se que llego tarde a Pequeñas mentiras sin importancia. Es de esas películas que se me escapan en el cine y luego me cuesta verlas en casa, pero bueno, nunca es tarde. Ostia puta, empiezo el artículo con un topicazo imperdonable… Mal empezamos… Bueno, aún tengo espacio para arreglarlo. De hecho el espacio para escribir un post es infinito ¿no? Vale… ya va, ya va… tranquilos.

Lo primero que he de decir es que Guillaume Canet tiene unos cojones enormes (o ovarios, antes de que me condene a muerte alguna feminista trasnochada), y no lo digo porque se los haya visto. Hay que tenerlos cuadrados para hacer una comedia dramática de 154 minutazos. Es un acto de valor, un acto de fe. Solo superproducciones como The Dark Knight Rises o directores como Spielberg o Scorsese se permiten esos lujos hoy en día. Y vaya si le salió bien la jugada al amigo Guillaume. Pequeñas mentiras sin importancia fue la película más taquillera en Francia en 2010, y un sleeper en mercados europeos como España.

Podemos hablar de la película como una superproducción emocional, lo es por metraje y por osadía. El planteamiento es sencillo, unas vacaciones en la costa de un grupo de amigos de treintamuchos. No quiero destapar más detalles de la trama y tampoco creo que sea necesario. Lo de comadrejas del título no significa que estemos ante una secuela de Madagascar, son protagonistas de uno de los gags, y además se puede decir que en algún momento estos animales si mimetizan con los protagonistas.

El principal valor de la película son los personajes. Llevaba años sin ver una película con unos personajes tan cuidados, tan trabajados. El resultado es francamente espectacular. No es fácil manejas a tanta bestia junta y aplicarles la dosis de comedia y tragedia adecuada. Francois Cluzet, el tetrapléjico de Intocable está soberbio. Marion Cotillard, Benoît Magimel, Gilles Lellouche… Todas las interpretaciones son nominables.

Canet nos deja además detalles de auténtico genio. El plano secuencia interior a exterior que abre la película siguiendo a Jean Dujardin (The artist) es antológico, de esos que podrían servir como ejemplo en las Escuelas de Cine. El otro gran logro es llegar al final de la película sin ganas de que acabe.

En definitiva, estamos ante un filme que emociona y que sitúa al espectador en medio de las tensiones y distensiones del grupo protagonista. Además de en texto, Canet también invierte en miradas que se entienden a la perfección. Es un triunfo del cine sencillo, a nivel técnico, pero que habla de las complejidades sentimentales humanas. Además puede llegar facilmente a un abanico muy amplio de espectadores, desde el cinéfilo talibán al consumidor de manta y peli un domingo por la tarde.

Actualmente Canet trabaja en su primera película USA, el remake de la francesa Liens de Sang, con Mila Kunis, Marion Cotillard, Zoe Saldana, Clive Owen, Billy Crudup y James Caan.

Calidad de la leche: Sabrosa para el mejor sommelier

Batman ensangrentado

Batman ensangrentado

No soy gran conocedor del subgénero de la animación que sale directamente en el mercado doméstico, pero el otro dia, llamado por el efecto BatNolan, me acerqué a Batman: El regreso del Caballero Oscuro, Parte 1. Mis expectativas no eran demasiado altas, puesto que leí que su director Jay Oliva es el responsables de algunas malas muestras de este tipo, como Next Avengers: Heroes of tomorrow o Green Lantern: Caballeros esmeralda.

La historia está basada en el comic El retorno del señor de la noche de Frank Miller. En ella se nos presenta a un Batman mayorcete, jubilado y con bigote. Y ya sabeis lo que pasa cuando Batman deja a un lado la vida activa… que Gotham se convierte en un puto caos. La ciudad la manejan a su antojo un grupo de criminales denominados los mutantes, que son una mezcla del Cíclope de X men y Bebop, el cerdo punky de las tortugas ninja. A todo esto, Harvey Dent, más conocido como Dos Caras, está a un paso de salir del psiquiátrico de Arkham.

Como es de esperar llegará un momento en el que el señor de la noche se vea obligado a enfundarse de nuevo el traje. A partir de ahí la acción es frenética y los 76 minutos de trama pasan volando. Lo que más me ha llamado la atención es ver a Batman repartiendo ostias como panes. Sus enfrentamientos con el lider mutante son muy de Street fighter. La sangre brota en los combates cuerpo a cuerpo y en esta ocasión el héroe también recibe. Lo más parecido a estas peleas que hemos visto en la trilogía de Nolan es el enfrentamiento entre Batman y el hipermusculado Bane en la jaula. Para mi esta crudeza y estas violentas contiendas son lo mejor de la película animada.

Aunque no este al nivel Hans Zimmer, también merece una mención especial la banda sonora compuesta por Christopher Drake, que rinde a un gran nivel tratándose de una producción de este tipo. Drake es especialista en el género TV movie superheroica y ha puesto música también a películas como Batman: Año uno o Liga de la Justicia: Crisis en dos Tierras.

Los peores minutos del metraje corren a cargo de Robin, o debo decir Robina (De Robina y Al Bano), porque en esta ocasión lo encarna una chica. Nada me ha convencido de este personaje que hace las veces de Jar Jar Binks para la función.

A pesar de las referencias, Jay Oliva ha conseguido un resultado más que digno que agradará a los fanáticos del Caballero oscuro. Además el final es de esos que te deja con ganas de saber como acabará todo. La segunda parte llegará en 2013, y visto lo visto, promete.

Os dejo el Trailer de esta primera parte:

Calidad de la leche: Para haber ordeñado a un murciélago no está nada mal.

Dedicado a mi Álex, que siempre me dice que escriba sobre cine y comics.

11 razones por las que «El mundo es nuestro» debe arrasar en los Goya

1. Cuenta como ninguna otra película la situación de crisis en España. Nadie queda indemne, ni los corruptos del poder ni los que viven a costa de ayudas sociales que no les pertenecen. Aparecen temas como las duras condiciones de las hipotecas por parte de los bancos, el papel de los medios de comunicación, las revueltas ciudadanas de indignados o la ineptitud de la policia frente a los manifestantes. Triunfa donde fracasó La chispa de la vida.

2. Tiene un 7,2 en FilmAffinity, lo que la coloca como la segunda película española mejor valorada de 2012, solo superada por Blancanieves de Pablo Berger.

3. En tiempos de crisis sobrevive el talento. La película salió a flote gracias al crownfunding, financiación colectiva a través de donaciones. Así se reunieron los 600.000 euros que costó hacer el film. Un ejemplo de ideas y esfuerzo que finalmente se ha visto recompensado con un gran resultado final.

4. Alfonso Sáchez y Alberto López, el cabesa y el culebra de El mundo es nuestro. Se presentan en el mundo del largo como la pareja cómica del nuevo cine español. Que lejos quedaron los tiempos de Esteso y Pajares… Humor inteligente no exento de mala ostia hacia el panorama actual. Para los que no hayais disfrutado aún de sus creaciones nada mejor que su corto Eso es así, donde encarnan a los señoritos sevillanos Rafi y Fali.

5. El plantel de secundarios es espectacular. Recuerda al mejor De la Iglesia de los tiempos de La comunidad. Freaks de nuestro tiempo que representan diferentes problemas que atacan a la España de hoy.

6. Ya se olvidaron de ella en la lista de nominados de candidatas españolas a los Oscar. En esa categoría se eligió por delante a Grupo 7 o El artista y la modelo. Quizá debieron pensar que las miserias de España no venden en el exterior. Ahora no hay excusas.

7. Sevilla protagonista. La ciudad es uno de los elementos principales. Una muestra de cine local que se atreve a hacer cachondeo con símbolos tan sagrados como la Semana Santa a la vez que homenajea a iconos gastronómicos como los serranitos. En definitiva, una mirada diferente a Andalucia en general y a Sevilla en particular, una mirada sin complejos. Nunca viene mal reirse de uno mismo. Además conserva el acento andaluz.

8. Sabe venderse. La película lleva su mensaje hasta el final y ha salido a la venta en DVD a un precio de 5, 95 euros. Un precio muy económico comparada con el precio habitual de mercado. Una manera interesante de hacer que llegue a nuestras estanterías.

9. El humor. No hay que olvidar que la película es una comedia de las de carcajadas, seguramente la película española con más risas en muchos, muchos años. No sabría decir desde cual. Esto juega en contra a la hora de dar premios, pues todos sabemos que premiar comedias está mal visto. Lo que llama son el drama, las desgracias, los llantos y las catástrofes. Y es que en El mundo es nuestro se llora tanto como en Lo imposible, pero de risa.

10. Tras premiar a películas gélidas como La soledad o No habrá paz para los malvados la Academia necesita un poco de luz. Esta peli no es el chiquilicuatre, es un producto de calidad. El premio del público en el Festival de Málaga y una gran acogida en salas a través del boca oreja lo avalan. Nos encantaría ver a la película de nuevo en cines gracias al tirón de las nominaciones a los Goya.

11. Durante la trama hay guiños a otras grandes piezas del cine español. La mejor, la que hace referencia a Barrio de Fernando León de Aranoa. La intro con la música de Narco nos recuerda a las que hacía Alex De la Iglesia con Def con dos en Títulos como Acción mutante.

Argo: El cine como medio de rescate

Ben Affleck, guionista oscarizado por El indomable Will Hunting, cuenta con un numeroso clan de detractores. Su capacidad interpretativa ha sido puesto en duda, ya sea haciendo de héroe americano, en Armageddon o Pearl Harbor, o de superhéroe, en Daredevil. De lo que no hay la más minima duda es de que hasta ahora ha dirigido tres largometrajes, y los tres son buenos.

Debutó con una trama inteligente sobre una niña desaparecida haciendo a un barrio protagonista absoluto en Adios, pequeña, adios, con la que recogió un puñado de excelentes críticas. Tras ella, The town confirmó que estábamos ante un gran director de cine americano. En Argo, su tercera película, Affleck se aferra a un espectacular argumento histórico basado en hechos reales.

La trama gira en torno al suceso que llevó a Estados Unidos a realizar un rescate en territorio iraní con la excusa de rodar allí una película. La película ganará enteros entre los que no conozcan el desenlace de este insólito acontecimiento histórico.

El referente estilístico de la película se puede encontrar en Todos los hombres del presidente, la inmensa película sobre como se destapó el  «Watergate». Y es que la historia reciente americana se ha contado en multitud de veces, y no siempre con éxito. Como muestra de la maestría me quedaría con la ya mencionada, a la que sumaría el JFK de Oliver Stone, o los 13 días de Roger Donaldson, sobre la crisis de los misiles de Cuba.

Otros dos actores directores han probado suerte en este subgénero saliendo victoriosos. George Clooney nos entregó la maravillosa Buenas noches y buena suerte, mientras que Robert Redford consiguió su película redonda recreando una estafa televisiva en Quiz Show: El dilema.

El mismo Stone ha sido responsable de uno de los mayores fiascos de este subgénero con World Trade Center. Nada que ver con el realista, crudo y depurado estilo de Paul Greengrass en United 93. Dos caras muy diferentes de un mismo 11S.

Si a un buen director le sumas un buen argumento, la película suele funcionar, y este caso no es una excepción. Affleck cumple delante de la cámara rodeado de una excelente trouppe de secundarios, entre los que destacan Alan Arkin y John Goodman.

La película cuenta con dos elementos que juegan claramente a favor del resultado final: el humor y la tensión. El Hollywood de los grandes estudios que refleja el filme es perversamente cómico. A medida que avanza el metraje este se reduce para dar paso al terror que inspira la vivencia de los protagonistas. Además, el trabajo de maquillaje y caracterización de los actores es de Oscar. Sumando esto a la gran ambientación se consigue una recreación muy precisa de lo sucedido.

En definitiva, estamos ante la tercera buena película del Affleck director, quizá desde ya uno de los grandes narradores del cine americano. Argo es también una declaración de amor al cine y a su factor humano.  Aunque en ella no aparezca ninguna espada laser, es un sentido homenaje a todos los niños que crecieron bajo la influencia de La guerra de las galaxias. Se intuyen unas cuantas nominaciones a la estatuilla.

A los que acudan al cine una recomendación: No tengais prisa por salir de la sala, los créditos cuentan muchísimo, y dejan como guinda las palabras del presidente Carter tras los hechos.

Calidad de la leche: Con label norteamericano, del bueno

Colega, ¿Dónde está mi Cronenberg?

Cronenberg siempre es bienvenido. No en vano es uno de mis directores favoritos. Aunque dejara atrás parte de su escatología rookie y de sus perversiones fetichistas, campo en el que mejor se mueve, ha tenido un buen reciclaje a un cine más convencional con Una historia de violencia o Promesas del Este. En Cosmópolis esperábamos encontrar La crisis según Cronenberg, con ayuda de la literatura de Don DeLillo.

Comienza la película. Aparece Pattinson, más conocido por interpretar a un personaje con ausencia total de carisma en la saga Crepúsculo. Pasan los minutos, la gente entra en su limusina, habla, sale de su limusina… y así sucesivamente. Lo primero que se me pasa por la cabeza es exclamar «Joder Cronenberg, que demonios estás haciendo», así en plan hooligan, como quien grita a la tele cuando está viendo un partido. Lo peor es que poco a poco me voy poniendo en modo Tano Pasman. Las frases son tan ridículas que empiezo a anotar algunas. Abro un documento con un el título «Frases estúpidas de Cosmópolis» y empiezo a anotar algunas:

“La vida es demasiado contemporánea”

Vamos no me jodas. Me imagino a un gafapasta mutado con emo soltando esa frase mientras ve el amanecer después de una noche de LSD tras la que ha acabado tirándose a un caniche callejero.

“El talento es más erótico cuando se desperdicia”

Pues que quereis que os diga, el talento desperdiciado no es algo que me excite especialmente…

Las sueltan una tras otra sin ningún criterio, sin ningún contexto, como si fuera un festival de chorradas insignificantes, como si la trama principal fuera vendernos humo. Lo peor es que aún no pierdo la esperanza, aunque esta morirá cumplido el minuto 50. Para esas alturas, Cosmópolis confirma a Robert Pattinson como uno de los peores actores vivos. Cuando pones todo el peso de una película sobre las espaldas de un actor y este no responde, la película se suele venir abajo. Pattinson no puede con la responsabilidad y deambula como un zombie por el metraje.

Va siendo hora de rescatar algo: Kevin Durand, que aparecía en varios capítulos de Perdidos, cumple con creces en su papel de segurata. Lo mismo ocurre con el Sarah Gadon, actriz que repite con Cronenberg tras Un método peligroso y que da brillo a su desconcertante papel. Juliette Binoche hace el mejor cameo a nivel interpretativo de todos los que hay en la película, y además demuestra que se conserva espectacularmente bien.

Los mejores minutos de la película los dan los «indigninados», las revueltas ciudadanas que azotan el universo caótico de decadencia económica que creo DeLillo. Lástima que no sea suficiente, y que esa ambientación no pueda luchar contra los monólogos vacios sobre cosas que importan una mierda que componen el metraje. Cronenberg pretendía tirar una tarta en la cara del poder económico, y se la acaba lanzando a si mismo. El resultado, como la foto principal de este Post, un Pattinson desfigurado…

Ya se me olvidaba responder a la pregunta de mi titular… Cronenberg está llevando a Pattinson en un limusina con destino al aburrimiento. Si quereis ver lo mismo pero mejor, os recomiendo Un día de furia, y si quereis ver buenas conversaciones dentro de automóviles quedaros con Noche en la tierra de Jarmusch.

Calidad de la leche: Leches las que le daba a Cronenberg