El terror: Un manual de autoayuda

La mayoría de la población piensa que las películas de terror están hechas para pasar un mal rato, pero un Estudio de la prestigiosa universidad de Twister’s cow en Oklahoma ha concluido que el horror es en realidad un género de autoayuda y superación personal. Piénsalo un momento, al final hay una chica que (casi) siempre sobrevive. Aquí van unas cuantas pruebas de lo que en realidad querían contar estas películas antes llamadas de terror, y que pasarán a la historia como cine motivacional.

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(No, no he podido resistirme a meter una frase de Vetusta Morla 😂)

Molly’s game: El gran telar de Circe

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Entraba a ver Molly’s game con expectativas medias. Si una película de casi dos horas y media de duración lograba entretener ya iba a ser un triunfo. Salgo del cine con los niveles de entusiasmo muy arriba. Estamos ante la primera gran película de 2018. Un filme fascinante. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto en una sala.

Molly’s game adapta la vida de Molly Bloom, la ‘autoproclamada’ princesa del Poker. Una ex esquiadora que pasará a la historia por ser la anfitriona en las partidas de Poker entre algunas de las personas más poderosas del planeta.

La clave del éxito de la película es bien sencilla. Cuenta con dos de las grandes personalidades de lo que hoy conocemos como cine. Por un lado encontramos a Aaron Sorkin, guionista de Moneyball, La red social o las televisivas El ala oeste de la casa blanca y The Newsroom. En esta ocasión, también se encarga de la dirección. Por el otro Jessica Chastain, una intérprete en permanente estado de gracia, que, una vez más, devora la pantalla con una actuación hipnótica. Y si a un texto de primer nivel, le sumas el talento inagotable de una actriz y un montaje afortunado, las cosas solo pueden salir bien.

MOLLY'S GAME

 

En el cine de Sorkin los personajes hablan y hablan, y Molly’s game no es una excepción. No dista demasiado de una de una de Jackie Chan, hostias verbales en cada escena, un interminable combate dialéctico. Mi enemistad con el silencio injustificado en el cine hace que no me haya costado demasiado adherirme a su causa. Más si cabe cuando cada línea tiene interés. Y eso que por momentos la película se mete hasta el cuello en el complejo mundo de los términos de Poker, pero el mérito de Sorkin en ese pantano de cartas es ser capaz de que nos creamos especialistas en el tema. El guionista podría adaptar a todos los públicos hasta el listín telefónico.

Y no digo que la película sea perfecta, porque no lo es, ni el Sorkin director está al nivel del escritor, pero a veces el cine consigue traspasar el criterio. Cuando una película consigue conectar como lo ha conseguido Molly’s game, poco importa algún desliz artificioso. Joder, si hasta me ha emocionado. O igual tengo uno de esos días, yo que se.

También os digo que 141 minutos viendo a la Chastain nunca serán demasiados. Es algo que parece repetirse película a película. Hace unos meses ya lo comprobamos con El caso Sloane. Chastain tiene un don para hacernos fans de sus personajes a los diez minutos. Hoy por hoy, pocos intérpretes, masculinos o femeninos, poseen ese carisma. Quizá Cate Blanchett de vez en cuando. Y que en un Hollywood tan masculinizado nos encanta ver a una mujer dando un golpe en la mesa, y que cada vez más historias en femenino den el salto a la gran pantalla. La industria necesita un centenar de Chastains.

No quiero olvidarme de Kevin Costner, que interpreta a un personaje que me ha recordado al de Robin Williams en El indomable Will Hunting. El veterano actor exprime sus reducidos minutos en pantalla con dos apariciones antológicas.

MOLLY'S GAME

Además de la historia de Molly Bloom, Sorkin también tira de mitología, recurriendo en este caso a La odisea, en concreto al episodio de Circe y la llegada de los marinos a la isla de Eea, donde posteriormente serán convertidos en cerdos por la hechicera. El paralelismo de la historia de Bloom y este pasaje es evidente, y se menciona con fortuna en la película. Una mirada desacomplejada al clásico relato de Homero.

En definitiva, Molly’s game es una película que está teniendo un injusto discreto paso por salas. Por favor, aprovechad estos últimos días, porque la vida de Molly Bloom merece ser disfrutada en pantalla grande.

 

La historia real de Molly Bloom

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La realidad supera a la ficción, capítulo 10.564. Explorando la historia real de Molly Bloom encontramos algunos de los nombres que la película ha decidido omitir. Entre los asiduos a sus partidas aparecen los nombres de Tobey Maguire y Leonardo DiCaprio. Este último era utilizado de señuelo para que el ex spiderman atrayese a más jugadores. Quizá esto signifique Maguire sea ese señor X que interpreta con acierto Michael Cera. Según afirma Bloom,  el actor la obligó a que “gruñera como una foca ansiosa de recibir un pescado” durante una partida. Se ve que llevaba mal eso de sentarse en una mesa controlada por una mujer con los galones de Bloom.

The disaster artist: Ahora sí, comedia voluntaria

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Puede que no la hayas visto, pero si eres medianamente cinéfilo seguramente hayas tenido algún contacto con The Room (2003), la gran comedia involuntaria de lo que llevamos de siglo. La película escrita, dirigida y protagonizada por el excéntrico Tom Wiseau se ha convertido, con la ayuda de la era digital, en la denominada peor película de todos los tiempos. Un filón para memes y parodias de toda clase. Pero si de algo iba sobrado aquel acto de osadía cinematográfica era de carisma. James Franco ha sabido explotar esa vertiente en The disaster artist, la comedia, esta vez voluntaria, sobre el rodaje de The room.

Franco, en otro acto de osadía, dirige y protagoniza la cinta. No es la primera vez que el actor se marca un Juan Palomo, pero nunca lo hizo con tanto acierto. El reciente globo de oro al actor de comedia respalda su gran trabajo como alter ego de Wiseau. Una meritoria actuación por imitación de un freak único en su especie. Si bien tengo dudas sobre que The room sea lo peor que he visto (Reconozco que entretiene, que no es poco), me encuentro menos dubitativo al afirmar que la actuación de Wiseau sea de largo la peor que ha visto el séptimo arte. O si no la peor, de largo la más marciana. Franco ha sabido atrapar la esencia de un ser de otro planeta.

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Además, The disaster artist es una obra de profundo amor al cine. No son pocos lo que intentaron sacar una película adelante para darse cuenta después de que nunca debieron dejar la comodidad de la butaca. Pero todo proceso creativo es un reto, una experiencia, y hasta en un fiasco de la talla de The room hay algo encantador. Estamos ante una gran comedia. No coincido con los que han visto en la película de Franco una obra maestra, porque sencillamente no lo es, pero está muy por encima de lo que se hace en el género actualmente.

Recomiendo acercarse a The disaster artist en versión original, para disfrutar de James Franco en toda su esencia. También recomiendo repescar en Youtube The room antes de acercarse al cine. Si algo tiene esta película, es una historia digna de conocerse.

 

 

Las 18 películas más esperadas de 2018

2018 empieza fuerte gracias al estreno de las películas que intentarán protagonizar la próxima noche de los Oscars. También es un año de retornos y de episodios cumbre en algunas sagas. Aquí van las 18 que más expectativas vacunas nos generan.

Molly’s game, de Aaron Sorkin (5 de enero)

Aaron Sorkin, el guionista más respetado de Hollywood (El ala oeste de la casa blanca, La red social, Moneyball, The Newsroom…) dirige a Jessica Chastain en Molly’s game. La película, basada en hechos reales, cuenta la peculiar historia de Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que se hizo de oro gracias al Poker. Guión adaptado y actriz ya son finalistas a los Globos de oro.

Tres anuncios en las afueras, de Martin McDonagh  (12 de enero)

El premio del público en el Zinemaldia y Toronto, y el premio al mejor Guión en el festival de Venecia avalan a esta comedia negra que ha conquistado a todo el que ha tenido la oportunidad de verla. Su carrera podría llegar hasta los Oscars. Ojo, que la mejor Frances McDormand está de vuelta.

Los archivos del pentágono, de Steven Spielberg (19 de enero)

Asistimos al Big Three del año. Meryl Streep y Tom Hanks dirigidos por Steven Spielberg en un thriller basado en hechos reales ¿Qué puede salir mal? La película cuenta los entresijos de la filtración por parte de varios medios estadounidenses de los documentos clasificados del pentágono. Historia del periodismo.

El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (2 de febrero)

Tras los enormes resultados de Pozos de ambición, Paul Thomas Anderson recupera a Daniel Day Lewis para su causa. Razón suficiente para ver en el cine lo que nos depara sobre este drama sobre el mundo de la moda ambientado en la Inglaterra de los años 50.

La forma del agua, de Guillermo del Toro (16 de febrero)

Del Toro tuvo que desmentir que estuviéramos ante una precuela encubierta de Hellboy, a pesar del parecido entre la criatura protagonista de La forma del agua y el palito de pescado de la adaptación del comic. Lejos de eso, estamos ante una historia romántica en todo su sentido que también puede llegar bien situada a los Oscar. Para muchos, uno de los mejores trabajos del director.

Aniquilación, de Alex Garland (23 de febrero)

Vuelve el director de Ex Máquina, y lo hace en clave Sci fi y con Natalie Portman a la cabeza. En su haber, uno de los trailers más descolocantes del año. Ojalá estemos ante la confirmación de Garland como uno de los grandes del género.

Todo el dinero del mundo, de Ridley Scott (23 de febrero)

Otro de los grandes, Ridley Scott, opta también por adaptar un suceso real,  para el que cuenta con Michelle Williams, Mark Wahlberg y Christopher Plummer, que ha sustituido a Kevin Spacey a última hora tras las acusaciones de abusos a este último. En la mesa una gran historia alrededor del secuestro del nieto del magnate  John Paul Getty Sr.

Lady Bird, de Greta Gerwig (23 de febrero)

El fenómeno indie de la temporada llegará en febrero, a dos semanas de su presumible paso por los Oscars. La película de Greta Gerwig esta bien posicionada en la carrera por la estatuilla. El adelanto del estreno de la película, que estaba programado para abril, no es casual.

Tomb raider, de Roar Uthaug (18 de marzo)

La Lara Croft de Jolie no conveció a nadie. Ni tenía la esencia del videojuego ni la del personaje, y se limitaba a ser una Indiana Jones destalentada. Este Reboot intentará poner al personaje en el lugar que se merece. Alicia Vikander toma el mando.

Ready player one, de Steven Spielberg (28 de marzo)

Hay Spielberg para rato. La adaptación de este libro promete batir todos los récords de referencias a la cultura pop por minuto. Para muestra este trailer.

Los nuevos mutantes, de Josh Boone (13 de abril)

Los nuevos mutantes es uno de los últimos coletazos del Marvel de FOX. Veremos si estos mutantes convencen. La división oscura de los X Men promete tanta acción como terror.

7 días en Entebbe, de Jose Padilha (20 de abril)

El director de Tropa de élite y la serie Narcos recrea un espinoso episodio clave del conflicto Israel-Palestina. Al frente del reparto, Daniel Brühl y Rosamund Pike.

La partícula de Dios, de Julius Onah (20 de abril)

Estamos ante el secreto mejor guardado de 2018, y eso siempre genera curiosidad. Sabemos que será la tercera entrega de la saga Cloverfield tras Cloverfield (Monstruoso) y Calle Cloverfield 10. Y ni siquiera a ciencia cierta. Su predecesora ya nos llegó de sorpresa hace un par de años, pero si los rumores se confirman, estamos ante un episodio que puede cerrar una de las grandes trilogías Sci-fi de los 2000.

Vengadores: Infinity War (27 de abril)

El más difícil todavía. Tras Civil War, el número de personajes en filme se amplía aún más. Hasta los guardianes de la galaxia están invitados a la película en la que veremos a Thanos tomar el control.

El mundo es suyo, de Alfonso Sánchez (22 de junio)

Si te gustaron el culebra y el cabesa en El mundo es nuestro, prepárate para seguir las aventuras de los señoritos andaluces más célebres, el Rafi y el Fali. Warner anda detrás de todo.

The Predator, de Shane Black (3 de agosto)

El director de Kiss Kiss Bang Bang, Iroman 3 y Dos buenos tipos se atreve a actualizar un mito necesitado de una gran película. Desde que Schwarzenegger hiciera frente al monstruo, solo hemos visto intentos fallidos. Confiamos en que esta vez sea la buena. Cruzamos los dedos.

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El reino, de Rodrigo Sorogoyen (28 de septiembre)

El director de Qué Dios nos perdone, el último gran título del Thriller español, regresa con un tema capital y muy poco explorado en el cine made in Spain: La corrupción.

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Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald, de David Yates (16 de noviembre)

La primera película nos dejó con ganas de ver como continúan las aventuras de Newt Scaramander. En esta ocasión la acción se desplaza a París y Londres, y está confirmada la presencia de Dumbledore, al que se encargará de dar vida Jude Law.

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