Thor, El Mundo Oscuro: Juego de Thornos

Tras el fiasco de Kenneth Brannagh en el primer Thor en solitario, había muchas dudas sobre un segundo capítulo. Cierto es que «Los vengadores» dió un empujón a sus hijas cinematográficas, pero el hombre del mazo carece del carisma de Iron Man, y había dudas respecto la capacidad de regeneración del héroe.

El primer movimiento fue mover la silla, y desplazar al director Kenneth Brannagh en favor de Alan Taylor, conocido por ser uno de los hombres fuertes tras Juego de tronos. Intuyo que el fichaje de Brannagh para el primer Thor no fue casual.  Las tramas de Asgard, en las que se habla de familia y honor, tienen mucho de Shakespeare. Los pesos pesados de Marvel vieron en el que en su día fue el mejor adaptador del autor inglés a un director capaz de darle a la saga el empaque necesario. El resultado fue un fiasco. Su Asgard no funcionó, y mucho menos aún la parte de la película que se desarrollaba en la tierra. El único acierto fue la elección de Chris Hemmsworth, un héroe de garantías.

Tras el suspenso en la prueba de calidad, se ficha a Taylor para el episodio 2. El director ya ha demostrado moverse como pez en el agua en el campo de las intrigas palaciegas gracias a Juego de tronos, Marvel parecía tener muy claro la parte que necesitaba un arreglo. Y tras pisar este mundo oscuro, hemos de decir que la apuesta les ha salido bien.

Para empezar, la película nos ofrece una gran intro, mezclando el estilo de Man of steel con el de El señor de los anillos. Así se nos cuenta la historia del Aether, una poderosa materia oscura, y de como los elfos negros (primos hermanos de los teletubbies) lo perdieron. Se nos muestra también a un bélico Thor que busca la paz de Asgard a golpe de martillazo, a la vez que vemos a un Loki a punto de ser encarcelado. Todo sin rodeos y maravillosamente presentado.

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A su vez, se nos muestra la vida en la tierra, con una Natalie Portman que se ha hecho Badoo para ver si pilla cacho. Y en eso está hasta que aparece su becaria para avisarla de que algo raro sucede en la tierra. A partir de ahí veremos a la Portman en peligro y a Thor generando una peligrosa alianza para salvarla. Y esto es todo lo que puedo contar.

Los primeros 50 minutos son los mejores de la cinta. Buenos diálogos, presencia constante de humor, reparto de responsabilidades para suplir las carencias carismáticas de Thor, brillantes FX y una gran dirección artística. Este Asgard recuerda mucho al Tatooine que vimos en La amenaza fantasma. En cualquier momento parece que Jar Jar Binks va a salir de detrás de una columna.

La banda sonora de Brian Tyler es la mejor que se ha escrito desde el reinicio de Marvel. Lo es gracias a pasajes como este Into Eternity, que os recomiendo si os gustan las partituras. Una gran composición que tiene lugar en un pasaje clave de la película. Una maravilla:

Loki fue a mi juicio un pringado en Los Vengadores. El mayor ejército de superhéroes del planeta se enfrentaba a un auténtico soplagaitas con una pinta entre gótico, fan de Matrix y miembro de Locomía. Por suerte, su personaje resucita para bien en este episodio. Alejado de un rol puramente antagonista aporta buenos momentos al conjunto.

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La mención de honor hay que dársela a Kat Dennings, becaria de la Portman en el filme. Ella es la sorpresa del reparto y a la que debemos agradecer el buen humor de la película.  Su personaje se antoja vital de cara a la posibilidad de éxito de una tercera entrega.

Aunque Thor 2 está lejos del mojón que intuíamos en su título, no estamos ante una película redonda. El comienzo de la acción más allá de la primera hora viene acompañado de banalidad. Este bajón no conlleva un suspenso, pero se ve que la acción no es el punto fuerte de Alan Taylor. Lo mejor Londres, el escenario en el que tienen lugar los acontecimientos. Por suerte la primera de las dos escenas post créditos, relacionada con Guardianes de la galaxia, nos deja con ganas de más y mejoran el mal sabor de boca de la segunda mitad del filme.

Ahora solo nos queda la duda de saber que está haciendo Taylor con el nuevo episodio de Terminator. Diría que esta película ha aportado tranquilidad a este dilema, pero hasta que no veamos el regreso de Arnie a la franquicia no lo sabremos. Si Skynet toma el rumbo ascendente que ha tomado la serie Marvel en el cine, el resultado será óptimo.

Legend, el montaje del director: Muerte de un unicornio

Me resultaba imposible no sentir curiosidad por Legend, la película de fantasía que el señor Ridley Scott dirigió tras dos obras maestras incontestables del cine: Alien, el octavo pasajero y Blade Runner. Hoy ha sido el día en el que he decidido verla. Error fatal.
Los primeros minutos son misteriosos. Se nos presenta a un primo critter de Pinocho recibiendo un encargo del señor de la oscuridad: Cargarse a un par de unicornios. Tras esa introducción, Scott nos traslada a un mundo de fantasía plagado de flores, un paraíso, excepto para los que como yo sois alérgicos al polen. Y en ese contexto conocemos a los protagonistas, una princesa cursi (Mia Sara) y Tom Cruise, que a pesar de su juventud en esta película está más mayor que en Al filo del mañana. Se ve que duerme en una lata de conservas.
El resto es un auténtico tripi. Unicornios magreándose, chirriantes hadas, cantos que incitan al sueño, insoportables gnomos, noñería desatada, uso y abuso del slow motion, vergüenza ajena… Tuve que parar la película varias veces para ir al WC a vomitar un arco iris. A mi que no me muestren unicornios en el cine si no el para meterle el cuerno por el culo a alguien (véase The cabin in the Woods).

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Se ve que Scott intentó hacer la mejor película de fantasía familiar de todos los tiempos, pero olvidó apoyarse en un buen guión. Puso la fuerza en el preciosismo, y dejó de lado la coherencia. En ocasiones parece una película conceptual. Uno de sus problemas es la trama romántica. Siempre tiene que haber una fase previa que justifique el amor para poder empatizar. No existe en el caso del joven Jack y la princesa, por lo que todo queda extremadamente forzado. El diablo que encarna Tim Curry tiene una gran fuerza en pantalla, pero tarda 75 minutos de metraje en aparecer, cuando ya es demasiado tarde. Sin duda es el icono de la película, lástima que se quede más en un “lo que pudo ser”. Aun así el diseño de personaje es excelente, un símbolo heavy que más de uno tiene tatuado en el cuerpo.
La dirección artística bebe de la adulta Excalibur, que John Boorman dirigió en 1981. Como en ella, todos los elementos de la escena brillan (en sentido literal), pero el resultado está a años luz de la excelente película de Boorman. Tampoco ayuda la partitura de Jerry Goldsmith, que carece de la grandeza de otras bandas sonoras del género, como la de Willow, de la que hablaremos en próximos artículos.

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Me queda la duda de saber si hice bien en decantarme por el montaje del director, que cuenta con 25 minutos más que la original (115 frente a 90), que puedo intuir que son 25 minutos más de aburrimiento. El motivo de elegir el montaje de Scott fue haber visto su edición de El reino de los cielos, muy superior a la versión que se estrenó en salas comerciales. Me da a mí que este no es el caso, porque me cuesta creer que la versión europea puede ser peor. Nos queda saber que se le pasó por la cabeza al amigo Ridley para pasar de Alien y Blade runner a este bodrio que no salva ni un domingo tarde. Quizá al séptimo día simplemente descansó.

Al filo del mañana: Maneras de morir

Voy a empezar fuerte antes de apuñalar. Nunca antes una película ha estado tan cerca de un videojuego como en Al filo del mañana. Doug Liman ha conseguido un producto que casi parece jugable, Eso sí, Tom Cruise se dejó la Memory Card en casa, y cada vez que le quitan una vida tiene que empezar desde el principio, como cuando tu madre te desenchufaba la Master System para que fueras de una puta vez a comer.

La trama es un Atrapado en el tiempo en el contexto de Salvar al Soldado Ryan, con la diferencia de que esta vez el eje del mal es alienígena. Tom Cruise es un oficial de propaganda castigado a luchar en primera línea por negligencia. Irá al campo de batalla y morirá, pero la muerte será sólo el principio del día, como en la mítica película de Harold Ramis. Cruise intentará usar ese poder para inclinar la balanza bélica a su favor.

Todo este inicio es un oceano de referencias. Junto a las ya mencionadas encontramos Aliens, Starship Troopers o incluso Sucker Punch. El juego temporal funciona, y la película no tarda en conectar con el público. Lo consigue mediante golpes de humor acertados, que aligeran lo que podía haber sido un espeso rompecabezas.

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La trama pronto irá dejando ruido y furia en busca de un desenlace, que le llevará por carreteras más intimistas. Y la verdad es que todo funciona mecanicamente hasta llegar al episodio final. Aquí es cuando se derrumba buena parte de su arquitectura. El director Doug Liman toma la vía Hollywoodiense para colarnos kilos de acción banal bajo los canones imperantes en la industria. El Warhammer se transforma en Disney. Una auténtica pena que rebaja la erección y hace que la sensación a la salida del cine no sea la que imperaba media hora antes.

En el cast encontramos a Tom Cruise haciendo de Tom Cruise, por enésima vez. Imposible de separar persona y personajes. El día que lo consiga el mundo, tal y como lo conocemos, habrá terminado. Cruise es la protagonista y Emily Blunt se apropia del rol masculino. Incomprensible en este sentido la relación entre ambos. Digamos que no pegan demasiado. Entre los secundarios destaco a Bill Paxton, que encarna a un sargento cabrón con bigote.

El love me again de John Newman pone final a una cinta que estuvo cerca de ser una gran película, pero que se lleva el mérito de ser una buena pieza de entretenimiento. En conclusión, entretiene que no es poco.

X-Men: Días del futuro pasado. La chica de ayer

Voy a hablaros de X men y del futuro pasado. Lo primero, que no cunda el pánico, el futuro pasado no es un tiempo verbal. Recuerdo como si fuera ayer el estreno del X-men de Singer, la primera película de superhéroes que consiguió fascinarme. El director decidió dejar en la percha el traje original de Lobezno y demás estetica de nochevieja para darle a la saga identidad propia. Tras cinco películas de X men, el punto fuerte de esta saga cinematográfica sigue siendo el mismo: La riqueza y el tratamiento de los personajes.

Hubiese sido fácil caer en la tentación de hacer un indios contra vaqueros con efectos CGI, pero en los X-men hay mucho más. Otro de los méritos incuestionables de la saga es la elección del reparto, en el que tres nombres brillan con luz propia, Hugh Jackman, Patrick Stewart e Ian McKellen. El primero es el lobezno soñado, un personaje para la eternidad. Los otros dos dan prestigio a la saga con un duelo de altura.

Después de estos antecedentes me meto en harina, que dicho sea de paso sería muy diferente a «me meto harina». Tras la cesión a Vaughn en First Class, Singer vuelve en Días del futuro pasado a coger el toro por los cuernos. La película nos sitúa en un futuro muy similar al de la guerra contra las máquinas de Terminator. Lobezno tendrá que viajar al pasado para hacer algo muy similar a lo que hizo Michael Biehn en el primer Termi… Ok, sí, es un poco forzado meter otra referencia al clásico de Cameron, pero joder, es así.

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Tampoco os quiero destripar mucho argumento. La idea es que vayais vírgenes al cine (demasiado tarde para much@s de vosotr@s). X men mantiene el nivel de calidad de episodios pasados. Entretiene y entrega buenos momentos, aunque también da la sensación por el camino de que aún pudo ser mejor. Por ejemplo, el rescate en el pentágono se queda en un aprobado, cuando daba para realizar un pasaje apoteósico. Lo mismo ocurre con la ambientación, correcta, pero a años luz de la recreación de época que nos ofreció Watchmen.

La fuerza de Días del futuro pasado reside en un potente comienzo, con reminiscencias de Matrix revolutions, y un acertado desenlace. Por el camino entretiene, gracias a un espectacular sentido del ritmo que niega la pausa en favor de los acontecimientos, y lo hace sin recurrir a la acción gratuita. Aquí buenos y malos debaten, no solo se dan de ostias.

Mención especial merece nuestra amiga Halle Berri Txarrak, otrora ganadora del Oscar. Ya nos dejó claro en Catwoman que elegir guiones no es lo suyo. Su meteórica caída hace que su Tormenta sea testimonial en este episodio. ¿Habrá cobrado sueldo de figurante? El resto del cast cumple, pero todos, desde McAvoy a JLaw, van con el piloto automático puesto. No hay brillo, aunque tampoco era exigible.

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Tras los créditos habemus escena, que parece un sketch de La vida de Brian más que otra cosa, aunque dejará satisfechos a los estudiosos de La patrulla X. En definitiva, estamos ante una película entretenida con el sello de calidad que garantiza la saga, pero esperamos que la próxima entrega, X Men: Apocalipsis, consiga tocar techo.

 

A propósito de Llewyn Davis: Dónde vas triste de ti

Las películas sobre músicos que nos llegan suelen tratar el fulgurante ascenso o la dramática caída de un artista. Los hermanos Coen apuestan en A propósito de Lleywn Davis por un auténtico superviviente del folk.

Searching for a sugar man nos presentó a Rodriguez, una leyenda inconsciente al otro lado del charco. Llewyn Davis es su primo cotidiano, un músico con talento pero sin éxito, ni aquí ni en ultramar. Los coen nos llevan sin abrigo por una gélida atmósfera, a juego con su protagonista, en un viaje a ninguna parte.

Los amantes del folk pueden convertir a esta película en una obra de referencia. Los números musicales no cesan durante todo el metraje, momentos del calor para paliar el frio que desprende la cinta. De todos ellos destacaría el que junta a Oscar Isaac con un inspirado Justin Timbarlake.

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Pero no solo hay buena música. También se nos habla de independencia creativa. Así es como los Cohen han adquirido el éxito, aunque hayan pasado en ocasiones por películas de apariencia convencional como la floja «Crueldad intolerable» o la olvidable «The Ladykillers». Apostar por un estilo personal, desde Sangre fácil a Lleywn Davis, es lo que les ha dado un sitio de honor en el cine actual.

Oscar IsaaC encarna a la perfección al músico loser, «el hermano tonto de El rey Midas», como le describe Carey Mulligan tras afirmar que todo lo que toca lo convierte en mierda. El cast es otro de los aciertos, aunque Mulligan me siga sin aportar nada tras varias películas. Para mí, un icono con pies de barro.

Los otros dos pilares en los que se apoya la cinta, son una gran fotografía, con tonos frios que la acercan al blanco y negro, y un guión que funciona a golpes, que alterna líneas inspiradas con sketches visuales (toda la parte del gato).

Quizá A propósito Lleywn Davis no sea lo mejor de la filmografía Coeniana, pero si otra pieza singular, y con encanto, dentro de una extraordinaria carrera. Con un plus más de ambición, están en disposición de otorgarnos más obras maestras.

Las 10 mejores cabeceras de series

Hemos decidido crear una sección de Series, y para empezar no se nos ha ocurrido nada mejor que hacerlo al estilo series, con una recopilación de nuestras cabeceras favoritas. Sin duda la intro es parte importante de una serie. Si la cabecera es mala puedes odiarla facilmente. Si no siempre se puede hacer un Lost, unos rótulos y a tomar por culo. Bueno, mientras echo un euro en la hucha por decir A tomar por culo podeis leer este Top Vacuno. Me temo que lo he repetido… Que sean dos euros. Me cago en la puta… 3… Vale, sí, estoy entrando en bucle.

10. Doctor en Alaska

Esta intro de Doctor en Alaska podría ser perfectamente un sketch de Barrio Sésamo. Si conoces esta sintonía seguramente hayas pasado la treintena, y veías la 2, síntoma de que algo cultura ya tienes. Si no lo has visto… Eres un puto inculto de… quiero decir… Si no la has visto nunca es tarde. (4 euros van, si llegamos a 1.000 cerramos un garito y hacemos un fiestón con todos nuestros fan/followers/stalkers)

9. Expediente X

Si de pequeño viste un OVNI, seguramente también fuiste expectador de Expediente X. Silbada hasta la extenuación, la cancioncilla de su cabecera fue todo un hit de lo 90. Hasta tal punto que el tema aparecía en recopilaciones de éxitos del año, en algunos casos en versión «techno» de la época. El tema compuesto por Mark Snow es la definición perfecta del adjetivo inquietante.

8. Juego de tronos

Contiene la E… La Épica necesaria que requiere un producto de estas características. Bebe claramente de la tierra de media de El señor de los anillos y come con estilo del canal Historia.  Todo un acierto. Me quedo con ganas de jugar al Rampart o al Age of empires. La civilización crece.

7. Dexter

Brillante manera de adentrarnos en la rutina de un asesino en serie. Sutil a la par que salvaje.

6. The it crowd

La nota friki, y la única sitcom de la lista. No, no estamos por la labor de meter la intro de El príncipe de Bel Air, ya lo siento. Los que hemos crecido en la generación de los 8 y 16 bits añoramos esta estética, y mucho.

5. Más allá del límite

Esto es una puta obra de arte del pánico y del MALRROLLISMO. Que dice este hombre del televisor, que me está contando!! Si la de X files era de inquietante, esta es INQUIETANTE en mayúsculas. Casi tan malrrollista como los créditos de Documentos TV. Maravillosa.

4. The wire

No es ningún secreto decir que las series de la HBO tienen estilazo. Para muestra un botón. Esto es lo más cerca que vais a estar de Baltimore. Una gran síntesis que vimos mutar temporada a temporada. Si me tengo que quedar con unos, elijo los de la temporada 2, desgarradores.

3. True detective

La serie del año también nos ha traido la cabecera del año. Clase innegable. Empezando así es muy dificil fallar. No nos cansamos de verla.

2. True blood

Unos creditos que mezclan historia, sensualidad y documental de National Geographic con una gran pista sonora. Así empieza la mejor serie de vampiros jamás realizada. Crepúsculo nunca aspiró a esto.

1. Twin peaks

Hipnotismo gracias al gran hipnotista. David Lynch. Jamás olvidare ese cartel, ni a ese pájaro del primer fotograma en el que quizá se encuentre la respuesta al origen de la humanidad. Esta era la mejor forma decadentrarnos en este pueblo maderero.  Grande la composición de Badalamenti. El main Theme es leyenda.

Rompenieves: El último cigarrillo de la humanidad

Rompenieves se ha estrenado en España de forma limitada y con un apoyo comercial practicamente nulo. Su único apoyo han sido las críticas muy favorables entre fans del género y medios especializados. En este contexto es donde se suele hacer fuerte la decepción, pero el tren que transporta a los últimos humanos en la película se la ha llevado por delante. Rompenieves ha superado unas expectativas que ya eran muy altas antes de su proyección.

Del director no tenía ninguna duda. Bong Joon-Ho es uno de los directores que ha provocado que el cine coreano sea más que una moda. Memories of murder, The host y Mother le avalan. En su primera experiencia USA no defrauda.

Rompenieves adapta la novela gráfica Le Trasperceneige. La historia coloca en un tren a los últimos supervivientes de la humanidad. Una suerte de arca de Noé que agrupa a los elegidos por castas, y a las castas por vagones. El último vagón acoge a los desechos de la sociedad. Estos intentarán cambiár las reglas de juego iniciando una revolución.

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Entre sus referentes cercanos encontramos indudablemente a Los Juegos del Hambre. El tren se asemeja sobremanera al que traspasa los distritos de Panem. Lo mismo ocurre con la persona que se encarga de representar al tren ante el vagón de cola, una irreconocible Tilda Swinton que parece un clón de Effie Trincket. Lo más llamativo es el nombre del protagonista:

CURTIS EVERETT (Rompenieves)

KATNISS EVERDEEN (Los juegos del hambre)

La comparación es inevitable.

Esperaba encontrarme con una mezcla entre Elysium y The road, pero Rompenieves tiene una gran capacidad para sorprender. Su peculiar tono y su habilidad para pasar facilmente de la comedia al drama, la diferencian de las películas de su liga. A medida que avanza la trama, la película se convierte en un océano de metáforas entre clases sociales. Se nos invita a reflexionar, y a pensar en como hemos pasado de una guerra civil a ir a un restaurante japones a comer Sushi, de la supervivencia al bienestar, mientras en otro lugares del mapa aún siguen en esa fase de supervivencia. En ese contexto resulta brillante el parlamento sobre el origen de Curtis, previo al episodio final. Brazos y piernas que resumen la historia reciente de la humanidad.

Otro de los puntos fuertes es su espectacular dirección artística y un impresionante aprovechamiento del espacio. Muchos se han quejado de su falta de coherencia en las dimensiones, pero recomiendo que los que habeis visto aún la película dejeis esos complejos a un lado. Estamos ante una película de ciencia ficción, no ante un drama intimista. Hay que entrar en el juego, no nos pongamos barreras.

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En el cast encotramos nombres sobradamente conocidos como los de Chris Evans y Jamie Bell, en un nuevo intento fallido de dejar de ser Billy Elliot. Evans encarna al héroe, un personaje con reverso tenebroso similar al Jack Shepard de Perdidos. Brilla con luz propia la siempre agradable presencia de John Hurt, dando vida a uno de esos secundarios que tan bien se le dan.

En definitiva, estamos ante uno de los filmes imprescindibles del año. Una cinta ambiciosa que saca el máximo rendimiento de su espacio y eleva al máximo sus posibilidades. Posiblemente la mejor película que hemos visto sobre raíles, con permiso de Alerta máxima 2.