X-Men: Días del futuro pasado. La chica de ayer

Voy a hablaros de X men y del futuro pasado. Lo primero, que no cunda el pánico, el futuro pasado no es un tiempo verbal. Recuerdo como si fuera ayer el estreno del X-men de Singer, la primera película de superhéroes que consiguió fascinarme. El director decidió dejar en la percha el traje original de Lobezno y demás estetica de nochevieja para darle a la saga identidad propia. Tras cinco películas de X men, el punto fuerte de esta saga cinematográfica sigue siendo el mismo: La riqueza y el tratamiento de los personajes.

Hubiese sido fácil caer en la tentación de hacer un indios contra vaqueros con efectos CGI, pero en los X-men hay mucho más. Otro de los méritos incuestionables de la saga es la elección del reparto, en el que tres nombres brillan con luz propia, Hugh Jackman, Patrick Stewart e Ian McKellen. El primero es el lobezno soñado, un personaje para la eternidad. Los otros dos dan prestigio a la saga con un duelo de altura.

Después de estos antecedentes me meto en harina, que dicho sea de paso sería muy diferente a «me meto harina». Tras la cesión a Vaughn en First Class, Singer vuelve en Días del futuro pasado a coger el toro por los cuernos. La película nos sitúa en un futuro muy similar al de la guerra contra las máquinas de Terminator. Lobezno tendrá que viajar al pasado para hacer algo muy similar a lo que hizo Michael Biehn en el primer Termi… Ok, sí, es un poco forzado meter otra referencia al clásico de Cameron, pero joder, es así.

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Tampoco os quiero destripar mucho argumento. La idea es que vayais vírgenes al cine (demasiado tarde para much@s de vosotr@s). X men mantiene el nivel de calidad de episodios pasados. Entretiene y entrega buenos momentos, aunque también da la sensación por el camino de que aún pudo ser mejor. Por ejemplo, el rescate en el pentágono se queda en un aprobado, cuando daba para realizar un pasaje apoteósico. Lo mismo ocurre con la ambientación, correcta, pero a años luz de la recreación de época que nos ofreció Watchmen.

La fuerza de Días del futuro pasado reside en un potente comienzo, con reminiscencias de Matrix revolutions, y un acertado desenlace. Por el camino entretiene, gracias a un espectacular sentido del ritmo que niega la pausa en favor de los acontecimientos, y lo hace sin recurrir a la acción gratuita. Aquí buenos y malos debaten, no solo se dan de ostias.

Mención especial merece nuestra amiga Halle Berri Txarrak, otrora ganadora del Oscar. Ya nos dejó claro en Catwoman que elegir guiones no es lo suyo. Su meteórica caída hace que su Tormenta sea testimonial en este episodio. ¿Habrá cobrado sueldo de figurante? El resto del cast cumple, pero todos, desde McAvoy a JLaw, van con el piloto automático puesto. No hay brillo, aunque tampoco era exigible.

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Tras los créditos habemus escena, que parece un sketch de La vida de Brian más que otra cosa, aunque dejará satisfechos a los estudiosos de La patrulla X. En definitiva, estamos ante una película entretenida con el sello de calidad que garantiza la saga, pero esperamos que la próxima entrega, X Men: Apocalipsis, consiga tocar techo.

 

2 comentarios en “X-Men: Días del futuro pasado. La chica de ayer”

  1. Muy interesante. Lo de Halle Berry es de traca… ¿Llega a decir alguna palabra o se dedica a poner los ojos en blanco y hacer el show de los rayos?
    A mi personalmente me ha parecido la mejor x-película hasta la fecha. Las actuaciones es cierto que no son memorables, pero sí más que correctas. El quinteto protagonista funciona muy bien; y lo que es más importante de todo: no aburre en ningún momento, sus dos horas largas se pasan volando.
    Espero que Apocalipsis mantenga, o mejor aún, supere el nivel de esta.

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