Así en la tierra como en el infierno: La precuela de Ratatouille

Tras el éxito de El proyecto de la bruja de Blair en el año 1999, el género Found Footage (Puedes darle pronunciación francesa si eres un cinéfalo) o Metraje encontrado ha seguido sumando títulos año a año. Tras la española La cueva y The Sacrament, Así en la tierra como en el infierno es el tercer título de este tipo al que me acerco en 2014.

A falta de novedades notables, dos son las características principales que diferencian a esta película del resto del género: Su localización, en París, y la inclusión de la arqueología en la trama, lo que recuerda mucho a Broken Sword: La leyenda de los templarios, aventura gráfica para PC que disfrutamos allá por los 90, y que también tenía lugar en la ciudad de la luz. Más concretamente visitaremos sus impresionantes catacumbas.

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Imagen de Broken Sword, un juegazo para la historia

La protagonista es Scarlett (Perdita Weeks), una joven Indiana Jones que dedica su vida a la búsqueda de la Piedra Filosofal, obsesión que llevó a su padre al suicidio. Ella convencerá a una serie de personas para acompañarla en esta búsqueda por los subsuelos de París.

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Allí nos encontramos con las primeras incongruencias. Resulta llamativo que a pesar de lo agobiante del escenario los protagonistas ni se inmuten. Ni siquiera uno de los personajes que se negaba a entrar debido a su fobia post-traumática a las cavernas. Nada que ver con lo que vimos hace unos meses en la española La cueva, donde la tensión nacía de la imposibilidad de abandonar tan opresivo entorno. Así en la tierra como en el infierno, en cambio, elige la vía de lo paranormal para asustar.

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Superada la hora de metraje el filme se convierte en un auténtico pasaje del terror, que si bien tropieza en los tópicos deja para el recuerdo alguna imagen potente. Termino con la impresión de que el directorJohn Erick Dowdle no acaba de exprimir al máximo el entorno, que sin duda emerge como el gran protagonista. La película habla de La puerta del infierno, pero ¿Sabían los guionistas que no había que bajar al subsuelo parisino para encontrar La puerta del infierno? Es una obra de Rodin que se encuentra en el Museo de Orsay. No estaría mal haberla incluido en la trama.

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La puerta del Infierno de Rodin, en el Museo de Orsay

En definitiva, estamos ante una película de consumo rápido que consigue entretener y que todo pase en un suspiro, que no es poco. Gustará sobre todo a los seguidores de este subgénero, y a los fans de Disney que quieran ver de donde venían las ratas de Ratatouille.

Lo mejor: París

Lo peor: La impresión de que se podía haber sacado bastante más de las catacumbas parisinas

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