Ant-man: Paul Rudd se divierte en El hormiguero

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Ant-man es una de esas películas en las que si no das con la tecla adecuada  te puede salir una película totalmente ridícula. Hablamos del Hombre Hormiga, un superhéroe que no tiene el peso de Iron Man o El Capitán América. Pero Marvel ha vuelto a dar en el clavo y le ha dado al personaje justo la película que necesita.

Ant-Man cuenta la historia de Scott, célebre Robin Hood del robo que tras dejar la penitenciaria de San Quintín busca empezar una nueva vida dejando atrás la amistad con lo ajeno. La reinserción no será un camino de rosas, por lo que se verá tentado de nuevo por el delito. En un nuevo atraco conocerá al Doctor Hank Pym, el hombre que le convertirá en un superhéroe con la capacidad de hacerse diminuto.

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Todo esto puede parecer esperpéntico, pero Peyton Reed en la dirección y Edgard Wright, Joe Cornish, Adam McKay y Paul Rudd en tareas de guión han hecho que todo fluya. La clave ha sido deshacerse completamente de la capa de seriedad que en infinidad de ocasiones mandan al traste estos proyectos y apostar por una película desenfadada y sin complejos de principio a fin. Que suena música latina junto a los créditos iniciales de Marvel es un aviso de lo que viene.

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El carismático casting funciona a la perfección siguiendo la premisa. Paul Rudd es el Ant-Man perfecto. Tiene todo lo que echamos en falta en personajes como Spiderman. Evangeline Lilly conquista cada una de las escenas en las que aparece. La mítica Kate de Perdidos pide a gritos un papel de heroína protagonista. Michael Douglas funciona con una presencia imponente que también se presta al juego cómico. La sorpresa es la aportación de Michael Peña, como pez en el agua como personaje torpe cuya intervención es una sucesión de gags.

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La película rinde pleitesía al clásico El increible hombre menguante, que Jack Arnold dirigió en 1957. Imposible no tenerla en mente durante el metraje. En ella Scott Carey  veía como tras un incidente nuclear su tamaño empezaba a disminuir progresivamente hasta llegar a lo infinitesimal. El drama de Douglas por la pérdida de su esposa recuerda al sufrimiento de Carey por los micromundos. Ant man no llega al nivel de la obra maestra de Arnold, pero si está por encima del clásico familiar Cariño, he encogido a los niños o la infumable Los Borrowers.

De esta forma, Marvel acaba con buena nota la fase II de su universo, que ya espera a la guerra civil del Capitán América. El logro de Ant-Man es similar al que consiguió Guardianes de la galaxia el pasado verano: Aportar buenas dosis de humor e imaginación a la franquicia. No tengais miedo a lo ridículo que pueda sonar ir a ver una película de «El hombre hormiga» y dejaros llevar por este señor de los insectos. La película es más grande de lo que aparenta.

*No olvideis permanecer en el cine hasta el final de los créditos. Vereis un aviso de lo que viene.

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