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Aprende a tocar la guitarra con Antonio Banderas

Un tio feo con bigote mira hacia la derecha, fundido a negro. Aparece una guitarra y suenan los primeros acordes… así comienza una de mis escenas preferidas, la intro del Desperado de Robert Rodriguez. El “rebelde sin pasta”, que pudo costear su opera prima El mariachi haciendo de conejillo de indias en unos laboratorios, decidió hacer una especie de secuela remake al estilo Raimi (Evil dead I/Evil dead II) de su primer largo. Para ello contó con el apoyo, de Quentin “el grande” Tarantino.

Y para empezar nada mejor que una canción de Los lobos y Antonio Banderas, que a pesar de su participación Drexleriana en los oscars, es un intérprete excepcional en estos casos. Pasamos al plano afinación de cuerdas (0:14) , tras este timido y glorioso arranque sonoro vemos por primera vez la cara de Banderas. No sabemos a ciencia cierta si se estaba masturbando o no, pero su cara de placer y concentración es total. Pasamos de nuevo a la guitarra, leemos un “A film by Robert Rodriguez” en rojo, Banderas abre los ojos y ahora si, se viene arriba.

En ese momento se abre plano y nos damos cuenta de que no está solo. Le acompañan un mexicano con cara de politoxicómano por la izquierda, y un actor porno engominado por la derecha. Aparecen unas letras muy tarantinianas en las que se puede leer DESPERADO (0:33), mientras a Banderas le da un ataque de Parkinson. No, no he dicho nada de Michael J. Fox. Antonio empieza a cantar y vemos enseguida que nos encontramos en un decadente local que apesta a Karaoke. Eso si, hay bastante gente. Destaca una chica que comienza a bailar. Tiene pinta de ser de las que ya se pone contenta con media cerveza. Antonio continúa entonando con convencimiento extremo, que puto talento.

La cámara vuelve al público y un gordo de gafas charla animadamente con dos señoritas (1:04), intuimos que ellas no pagaron la copa que tienen en la mesa, intuimos que quizá nunca hayan pagado una sola copa, intuimos que son más putas que las gallinas, y eso en un solo fotograma. Por cierto, sobre lo que beben tengo dudas, estoy entre Tang y pis de mono.

Todo parece ir de puta madre hasta que sin venir a cuento, el hijo de Cocodrilo Dundee coge a una chica y le pone en el cuello una navaja de Albacete. Banderas se percata, da un brinco hacia la barra (1:28), y sin dejar de tocar hace un gesto moviendo únicamente la cabeza para pedir el refuerzo del yonki y de Rocco. Avanza por la barra agachándose con estilo para evitar la bola de Cristal, se enfurece, pone morritos y aprovecha un despiste del cowboy de medianoche low cost para darle un ostión épico en forma de revés de guitarra (1:43). El malo escupe sangre, y la gente comienza a aplaudir entregada. El mundo está de nuevo a salvo.

Banderas hace el camino de vuelta por la barra y regresa al escenario con sus compañeros, que ya están en modo Peret. La gente está mucho más animada. Banderas se viene aún más arriba “También el tequila blanco con su sal le da sabor…” en versión desgarrada (2:03). El gordo putero levanta la mano entregado mientras fuma un ducados. Una joven sonríe estupidamente en plan “que mono”. Guitarreo final apoteósico, Banderas suelta un Irrintzi… y de pronto… cuando esperaban lo ovación de su vida. Nadie aplaude…

Y es que así es la vida… En muchos casos, no está hecha la miel para la boca del asno.