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The Neon Demon: La confirmación del Ultraestilo

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Tras firmar una obra maestra de la talla de Drive, Nicolas Winding Refn tenía dos opciones: Normalizar su propuesta para buscar la estatuilla a la que ni siquiera fue nominado o seguir avanzando en un lenguaje fílmico propio. El director danés eligió la segunda vía, lo que desde ahora llamaremos el ‘ultraestilo’. Tras Drive llegó Solo Dios perdona, una cinta preciosista con escasas lineas de texto. Y tras Solo Dios perdona llega The Neon Demon. Un título que confirma a NWR como un cineasta alejado del lenguaje habitual y más interesado por la estética que por el guión. Algo similar a lo que les sucede a las supermodelos de la película, preocupadas únicamente por mejorar su imagen. Intencionadamente o no, Winding Refn ha hecho una metáfora de su cine.

The Neon Demon es una película ‘bonita de ver’ (Un anuncio de perfume en versión muy extendida), pero es incapaz de crear un clímax que consiga levantar interés. Funciona por momentos hipnotizando al personal, pero no consigue ese ‘algo más’ para encandilar sin guión. Lo siento Nicolas, pero no eres David Lynch. Y aún así me costaría afirmar que estamos ante una mala película. Lo bueno de The Neon demon es que se presta a múltiples lecturas, y que cada espectador podrá sacar la suya. La más evidente es una crítica atroz del mundo de la moda, pero escarbando un poco se puede hablar de la búsqueda de la perfección, del valor de lo natural, de la dictadura de la imagen, del deseo de lo ajeno… Da para unas cuantas pajas mentales (sin el ‘mentales’ si os va la necrofilia). Lamentablemente poco más.

Lo mejor: Su imagen, sus tonos, su contraste, su color… Su estilazo

Lo peor: La ausencia de una historia

Reacción en sala (Teatro Principal, Donostia)

El siempre enrollado público de la Semana de terror de Donostia, en la que disfrutamos la película, hizo más llevadero el metraje con su sarcasmo habitual. La acogida por parte de los fans del terror fue bastante mala. Quizá no era la película más adecuada para este festival, puesto que no apuesta por el terror ni por la ciencia ficción, y se enmarcaría más en una liga de Cine de autor, pero tampoco se me ocurre el lugar idóneo para esta propuesta.

 

 

Sólo Dios perdona: Violencia y Karaokes

A pesar de haber dirigido ya varias películas, el director Nicolas Winding Refn se enfrentaba con Sólo Dios perdona a su reválida, a un reto similar al de sacar un segundo disco tras arrasar con el primero. Con Drive, su anterior película, no solo consiguió una obra maestra, también creó un icono de nuestro tiempo. Por alguna extraña razón la película me ha recordado a Congratulations, el segundo disco de MGMT.

No voy a negar que mis expectativas eran  altas, no era para menos, pero tras su controvertida acogida entre la crítica sabía que me exponía ante un producto extremo, que levanta amor y odio en cada proyección. Y es que la apuesta Winding Refn ha sido arriesgada, y el director ha optado por la estética en detrimento de la narración.

kristin scott thomas en solo dios perdona

La historia se desarrolla en Thailandia, una historia de violencia y karaokes, de venganza, de familia, aunque se puede decir que la historia es lo de menos. La dirección artística y la fotografía rinden a gran nivel. Calles, pasillos, gimnasios, luces de neón… Y la utilización de la violencia como una de las bellas artes. Lástima que el argumento no esté a la altura.

Refn no capta la realidad, si no una percepción de la realidad en la que las cosas suceden a un ritmo demasiado pausado, como si un exceso de texto pudiera destruir la estética. Así es como la trama desemboca en pesadez y aburrimiento. El director nos muestra los pasos, pero no nos lleva a ninguna parte. Parece que en ocasiones andamos por el desfiladero de David Lynch, pero sin caer por el barranco de la paranoia.

ryan gosling solo dios perdona

Al frente del reparto Ryan Gosling, que en cada gesto da la sensación de no haberse leído el guión, aunque quizá era eso lo que quería el director. La presencia de Kristin Scott Thomas es magnética, pero solo es eso, presencia, porque tanto Scott como Gosling más que actuar, figuran.

Una pena que Sólo Dios perdona no consiga ser una buena película. Nos ofrece el escenario para una gran película, pero no termina de cumplir. La banda sonora espera un Nightcall que nunca llega, y en su lugar nos da interpretaciones vocales del antagonista en un karaoke. Lucen, pero no brillan. A pesar de esto, sigo confiando en que Winding Refn se levante y construya su nueva película desde el guión, con algo más que pájaros y flores.