High-Rise: Salto al vacio creativo

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High-Rise llegó al FANT el domingo noche como una de las películas con más ‘caché’ de la Sección Oficial. Había expectativas con esta adaptación de la novela ‘Rascacielos’ de J.G. Ballard, y se superaron con creces. Da gusto ser testigo de un ejercicio de cine tan libre.

Estamos ante un título de culto instantáneo, que seguramente enamorará a unos y será odiada por otros. Los haters podrán quejarse de su libre albedrío, pero jamás de su realización. High-rise está maravillosamente rodada y montada. La banda sonora de Clint Mansell, es, como casi siempre, de muchos kilates, y la versión del SOS de ABBA que hace Portishead ya justifica con creces el precio de una entrada. Además la canción no está incluida en la BSO, por lo que el filme es de momento la única manera de disfrutarla.

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En el reparto dos actores brillan sobre todas las cosas. Tom Hiddleston aporta clase interpretando a un hombre gris que nos quita a Loki de la cabeza. Pero el jefe de la función es sin duda Luke Evans, el líder de los pisos bajos, el Che Guevara desfasado. Un vendaval en cada escena. Mención especial también a la femme fatale que interpreta a la perfección Sienna Miller.

La película  podría dar para cientos de horas de tertulia. Funcionaría muy bien en pack con la fantástica Snowpiercer (Rompenieves), el título que reducía el universo a un tren de alta velocidad, con los más desfavorecidos en los últimos vagones. Algo muy similar a lo que vemos en High-Rise, solo que en la primera el espectador tiene más sencillo hacer pie. Las ideas se suceden, y todas muy interesantes, como la de darle a las clases altas de su «propia medicina», atacar mediante fiestones épicos. La película no deja títere con cabeza, y nadie sale ileso en la atroz lucha de clases en la que ningún bando queda libre de pecado. La decadencia se apodera de la función, consecuencia del egoísmo de una sociedad que valora más el estar que el ser.

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El rascacielos de la película es primo del edificio de Mega City uno que vimos en Dredd con cierto toque Blade Runner. Sin duda, High Rise es uno de los acontecimientos cinéfilos de la temporada. Muy recomendable disfrutarla en cine. Ojo a su director Ben Weathley (Turistas, The kill list), que por momentos juega a ser Kubrick y no le sale nada mal. Ya estamos con ganas de ver Free Fire, su próximo proyecto. De momento nos pondremos con sus anteriores trabajos.

 

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