Archivo de la etiqueta: neowestern

Comanchería: En la América de Trump

vacometro4

Los resultados de Texas en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos son un fiel reflejo de lo sucedido en el resto de la nación. Trump se impuso con el 52,2% de los votos, una victoria holgada frente al 43,2% que optó por Clinton. 9 puntos de diferencia, que se traduce en unos 800.000 votos. Pero no todos los territorios votaron por igual al magnate.

resultados-elecciones-dallas
Resultados de las elecciones 2016 en el estado de Texas

Las principales ciudades (Dallas, Austin, Houston, El Paso y San Antonio)  eligieron a Hillary, en tres de ellas con un porcentaje superior al 60%. Mientras en condados como el de Archer, donde comienza Comanchería, Trump fue respaldado por el 88,7% de los votantes. La prueba evidente de que existe otra América, una América rural olvidada, asfixiada, y en la que no calan los bailes de Barack y Michelle. La película recorre algunas carreteras secundarias de la America de Trump. Las vías por las que no transita el sueño americano.

resultados-elecciones-texas-mapa
Resultados en Texas. Rojo: TRUMP. Azul: CLINTON
resultados-elecciones-condado-archer
Resultados en el condado de Archer, escenario del primer robo de Comanchería

Vamos a ser claros, se dice tan a la ligera lo de peliculón incontestable que se debería tener cierta prudencia al usar semejantes términos, pero a la mierda. Comanchería es un peliculón incontestable. En esta película todo es notable, el guión, la dirección, la fotografía, la banda sonora, el sonido, el montaje, el reparto… Y cuando esto sucede solo queda aplaudir. Además la taquilla americana la ha convertido en el éxito independiente del verano. Un milagro en un panorama en el que es muy complicado hacerle sombra al blockbuster.

Estamos ante un neowestern de tiempos en los que los vaqueros no llegan a fin de mes. No esperéis al John Wayne de turno en este panorama. Los protagonistas son dos ladrones de bancos que buscan encadenar con acierto varios golpes para recuperar la dignidad perdida. Todo esto en un entorno en el que los bancos representan el papel que antaño era propiedad de la banda de hijoputas que atemorizada al poblado en el western.

HR6A2779.CR2

El cuarteto protagonista está de escándalo, especialmente la extraña pareja policial que forman Jeff Bridges y Gil Birmingham. El primero es un inteligente agente a punto de jubilarse que no ha perdido el buen olfato, aunque Torrente aparezca en su modelo de conducta. El segundo, un policía con antepasados indios y mexicanos que será el blanco de los chistes Bridges, a pesar de ello en el transcurso de la película irán desarrollando una extraña hermandad. La otra, nunca mejor dicho, es la de los hermanos protagonistas (Chris Pine y Ben Foster), que llevan el peso dramático de la película.

Los melómanos están de enhorabuena. A la excelente banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis hay que sumarle temas de Colter Wall, Chris Stapleton o Johnny Cash. Se agradece además que se hayan dignado a subtitularlas en español durante el metraje.

En definitiva, una película redonda que está llamada a convertirse en un título de culto. Lo único que chirría en su traducción al español, de Hell or High Water a Comanchería. Nos imaginábamos a los traductores diciendo…

-Hay que traducir Hell or High water al español

-¿Cómo chería?

-Me gusta, adjudicado

Aunque la realidad nos ha jodido el chiste. Comanchería era el título inicial de la película. Así es llamada la zona ocupada por los comanches antes de 1860, y que abarca el este de Nuevo Mexico, el oeste de Texas, parte de Oklahoma, las montañas de Wichita y grandes porciones de Colorado y Kansas.

comacheria-fotografia-oscar

A pesar del vacío en premios (no en nominaciones) de la película en los Globos de Oro, nos encantaría que pudiera rascar algo en los Oscar, aunque esta edición está llamada a ser la de la victoria amplia de La la land. Ya sabéis que esto también va de modas. Una última recomendación, acercaros a disfrutarla en una sala de cine antes de que sea tarde.

 

 

Los odiosos ocho: La tomatina de Red Rock

Reconozco que no me gustó la idea de que Tarantino se quedara en el oeste durante un film más, quizá me puede el deseo de volver a ver a Tarantino en las calles de Reservoir dogs, Pulp Fiction o Jackie Brown, pero es imposible negarse a visitar el nuevo museo de los horrores de uno de los mejores directores vivos.

En esta ocasión Tarantino ha optado por comprimir en una casa toda la breve historia de los Estados Unidos de América, con vencedores y vencidos, con esclavos y esclavistas, una historia en la que ni siquiera la mayor víctima tiene las manos limpias. Quizá de absolver a alguien Tarantino absuelve al proletariado, al servicio, el único extracto social del que no se nos muestran pecados. No es casualidad que Samuel L. Jackson aparezca cargando tres cadáveres en la apertura de la trama, una metáfora de un país que sigue cargando con sus muertos.

jennifer-jason-leight-ojo-morado-odiosos

El casting alterna habituales del director con nuevas incorporaciones, aunque son 4 los actores que destacan por encima del resto: Samuel L. Jackson, Jennifer Jason Leigh, Kurt Russell y Walton Goggins, que brillan con facilidad gracias a grandes personajes. El resto de Odiosos no consiguen estar a la altura. El verdugo que encarna Tim Roth, por poner un ejemplo, es sucesor del cazajudíos o el dentista con los que brilló Christoph Waltz en anteriores títulos, pero el resultado se queda en una insulsa imitación.

A pesar de su innegable calidad, lo que impide que Los odiosos Ocho acceda al olimpo del cine es su irregularidad. Hay grandes aciertos, pero también decisiones erróneas y alguna explicación innecesaria que debió convertirse en elipsis. En una película de casi 3 horas tienen que estar muy bien calculadas las raciones, puesto que es una duración que excede el límite de atención del espectador medio. Su guión, y no me refiero a los diálogos si no a la sucesión de acontecimientos, peca de tramposo, y se saca de la manga algunas soluciones que no se ven venir.

De lo que no se puede acusar a Tarantino es de quedarse corto a la hora de mostrar violencia. La parte final se convierte en una auténtica tomatina con la que el director se desmarca del western para llevarnos a su habitual universo hemoglobínico. Posiblemente el desenlace de Los odiosos ocho sea lo más gore de Tarantino hasta la fecha.

Si hay algo que me parece que no está a la altura de su cine es la banda sonora, a mi juicio injustamente nominada al Oscar e inexplicablemente ganadora del Globo de Oro. ¿Tanto pesa el nombre de Morricone? Y ojo, con esto no quiero decir que la partitura sea mala, si no que es escasa, prácticamente nula. El 80% de la película es sonido de viento. Lo mejor del repertorio lo marcan Jennifer Jason Leigh a la guitarra y Demian Bichir ejecutando Noche de paz al piano.

Siempre da gusto volver a Tarantino y disfrutar de habilidad dialéctica, pero me gustaría verle de nuevo en las calles, en un tiempo presente, ahorrándose homenajes para dar rienda suelta a sus creaciones más personales. Quién sabe si lo mejor de su cine está aún por llegar. Aún así Los odiosos ochos es una muy buena película, a mi juicio superior a Django desencadenado. Quizá sea más difícil de digerir, pero su sabor es más auténtico.

Lo mejor: Todos sus excesos.

Lo peor: Un argumento con alguna que otra trampa.