Archivo de la etiqueta: cine español

Perfectos desconocidos: Las Cartas boca arriba

vacometro3

Diga lo que diga la crítica especializada Perfectos desconocidos es ya un éxito rotundo, y no lo digo porque haya visto los datos de taquilla, que la verdad es que no los conozco. Lo digo porque en el pase de la película al que acudí los espectadores no solo se partieron el pecho de principio a fin, también aplaudieron al final de la proyección. Y no hay mayor éxito en el cine que hacer cómplice al público.

Como ya habréis leído o escuchado por ahí, Perfectos desconocidos es un ‘remake’ de la italiana Perfecto Sconocciti, pero Álex De la Iglesia va a tener la suerte de que es una película que no he visto, por lo que puedo analizar esta obra con total virginidad. La premisa es brutal. Un grupo de amigos, parejas en su mayoría, se prepara para la típica cena de reunión. Durante el banquete, uno de los comensales planteará un juego para mutilar la rutina: Dejan los móviles en el centro de la mesa y leer en voz alta todo mensaje que llegue a partir de entonces. 

El caos no tarda en reinar, y las situaciones cómicas se suceden. Un humor que se apoya en los estereotipos sociales de sus personajes: El cuñado, la pija, el ligón… Todos tremendamente identificables. Eso no solo provoca cercanía, también que los gags resulten más efectivos. A todos nos hace más gracia una anécdota que involucra a un conocido, y es que a pesar del título los comensales nos resultan muy pero que muy conocidos.

Hay quién pensará que la película versa sobre la incidencia tecnológica, vamos, quien le echará la culpa al puto móvil. Pero Perfectos desconocidos no va de objetos, va de personas. Concretamente de lo hipócritas que podemos llegar a ser. El filme demuestra que hablamos de un mal colectivo, seguramente un mal al que hemos sentado en el trono entre todos. 

perfectos-desconocidos-selfie

Actrices y actores (Belen Rueda, Eduardo Noriega, Pepón Nieto, Dafne Fernández, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta y Beatríz Olivales) rinden a un nivel altísimo, ayudados por grandes personajes. Lo que es casi tan bueno como las interpretaciones es que no se coman entre ellos. Nadie brilla por encima, y ese mérito es exclusivo de Álex De la Iglesia. En el terreno de la comicidad, quizá el más destacado sea el ‘cuñado’ al que da vida Ernesto Alterio. Inexplicablemente, los Premios Goya 2018 han dejado fuera a todo el casting, algo que me cuesta entender, puesto que todos encajarían como finalistas por la estatuilla.

Esta comedia consigue al final resultados similares a los de otros títulos como la francesa ¡Dios Mio, pero que te hemos hecho! Añadiendo más debate y más inteligencia al conjunto. Vamos, que De la Iglesia consigue estar al nivel de los franceses, los grandes dominadores de la comedia comercial en los últimos años. Parece poco, pero esto es mucho decir.

Al final de la proyección una duda ¿Qué pasaría si realmente fuéramos todos de cara? Seguramente la tercera guerra mundial. En este mundo tan imperfecto quizá, desgraciadamente, el show deba continuar para que reine la paz. Un mensaje desesperanzador, pero muchas risas por el camino. Antes de navidad os recomiendo sentaros a la mesa de Perfectos desconocidos. Unas risas antes de que venga lo serio: Las cenas navideñas.

 

Selfie: Los hijos tontos de la España corrupta

vacometro3

Selfie, de Victor García León, ha sido uno de los éxitos del cine indie español de 2017. Catalogada como la Borat española, este falso documental, sigue las andanzas de Bosco, un pepero mimado que ve como se le acaba el chollo cuando su padre entra en prisión por corrupción. A partir de ahí, el joven se aprovechará de la solidaridad de un grupo de izquierdas para poder seguir chupando del bote. Selfie fue la ganadora del Premio de la Crítica en el Festival de Málaga, el que consiguió también la Mención Especial del Jurado.

La película bebe de la realidad, concretamente de las dos mayores vergüenzas del país: La corrupción y su legitimación mayoritaria en las urnas. A partir de ahí, García León realiza un brillante retrato de personaje. Santiago Alverú, el protagonista que interpreta a Bosco, es uno de los mayores aciertos de casting del cine español en los últimos años. Consigue dar toda la tirria que pretende, y más. Su trabajo es de Goya. 

selfie-santi-goya

Estamos ante una de esas películas low cost que no lo parecen, porque tampoco necesitaban un euro más para hacerse. Selfie es ágil, entretiene durante su hora y media, y además invita a la reflexión. ¿A quién no gustará? Pues seguramente a todos los que se vean reflejados en su protagonista.

Si hablamos de géneros es una comedia de principio a fin, pero en su decidida apuesta por la naturalidad prescinde del humor de golpes. La sensación es que quizá podía haber sido una mejor comedia, pero de esta manera creo que consigue ser una mejor película. Ayudan las escenas que surgen de la improvisación grabadas en lugares como los mítines del PP o Podemos (Ojo al cameo de Esperanza Aguirre). Sin ser una película redonda, Selfie es una de los títulos más interesantes del año. Una propuesta al margen del cine convencional que merece la pena conocer. Y además su banda sonora incluye este temazo de Luis Brea:

El autor: Nightcrawler literario

vacometro3

La Sección Oficial del Zinemaldia ha acogido a El autor, de Manuel Martín Cuenca, tras su paso por el Festival de Toronto. La película adapta El móvil, la primera novela del escritor Javier Cercas. En ella, un aprendiz de escritor que vive eclipsado por el éxito de su mujer decide tomar medidas drásticas para abrirse paso en el mundo de la literatura.

Varios alicientes de partida. El primero, un director que parece que en cualquier momento puede que va a dar el campanazo. Cuenca estuvo cerca con La flaqueza del Bolchevique y Canibal, películas que a pesar de su calidad, no terminaban de rematar. La segunda un intérprete que desde que se destapó en La isla mínima vive en estado de Gracia: Javier Gutiérrez. Motivos más que suficientes para sentarse en la butaca.

javier-gutierrez-el-autor-antonio-de-la-torre

Y empieza bien El autor. Su primera hora es de gran nivel, con algunas de las mejores secuencias del cine español reciente y un animal como Gutierrez comiéndose la pantalla, bien secundado por el siempre extraordinario Antonio De la Torre. Lástima que haya un pero. La película se mete en un laberinto en la segunda mitad del que no consigue salir, lo que desemboca en una ausencia de climax y un final que no resulta satisfactorio. Es una pena, porque tras los primeros minutos se puede llegar a pensar incluso que estamos en lo que podría ser un clásico del cine español. El filme funciona mejor cuando se desata del todo. De la Torre regala escenas que recuerdan a una versión literaria del J.K. Simmons de Whiplash, mientras Gutierrez se va convirtiendo con los minutos en el Jake Gyllenhaal de Nightcrawler.

Por el camino, la película lleva al extremo la búsqueda del “yo escritor” y su convivencia con el “yo persona”. Cada cierto tiempo leemos sobre las locuras que cometen algunos intérpretes para preparar algunos papeles, extravagancias que siempre son aplaudidas por prensa y público. ¿Pero que pasaría si los creadores hicieran lo mismo y decidieran implicarse de lleno con su historia? Seguramente algo parecido a lo que cuenta la película de Martín Cuenca. Al final, lo que se esconde detrás de su personaje protagónico es la historia de una obsesión.

javier-gutierrez-el-autor-zinemaldia

En definitiva, estamos ante filme irregular que funciona mejor por piezas que en conjunto. A pesar de que el sabor de boca que deja no es el muy bueno, al salir del cine sus momentazos hacen que la experiencia merezca la pena. Sin ser la mejor, estamos ante una de esas pelis españolas que hay que ver en 2017. Si el filme os ha dejado con ganas de más, nada mejor que revisionar En la Casa, una gran película sobre procesos creativos que ganó la Concha de Oro en 2012.

 

 

Proyecto Lázaro: Un dramón sobre la resurrección

Tenía ciertas esperanzas depositadas en el regreso de Mateo Gil a la dirección tras las satisfactorias Nadie conoce a nadie (1999) y Blackthorn: Sin destino (2011). Aunque si por algo ha trascendido Gil es por haber escrito algunos de los guiones más importantes del cine español de los últimos años, para Amenabar en su mayor parte. Suyos son los de Tesis, Abre los ojos, Mar Adentro, El método o Ágora. Proyecto Lázaro en su regreso a la ciencia ficción, un terreno que no pisa desde que Eduardo Noriega despertará como el hombre elefante tras un accidente de coche. Aunque no hay un nexo argumental, la película se presenta como una secuela tardía de Abre los ojos, y pretende explicar la vida después de la criogenización.

A pesar de lo interesante de la cuestión, Proyecto Lázaro nunca termina de arrancar. La película centra demasiado el foco en el amor y el drama. El protagonista vive atormentado por la vida que dejó atrás con su pareja, y ese eje tractor del filme no contiene el interés suficiente para crear intriga. Se apuesta todo al conflicto interior dejando de lado lo más significativo: Las consecuencias para la humanidad de esa primera resurrección.

proyecto-lazaro-abre-los-ojos

No ayudan tampoco las interpretaciones. Los personajes de Gil parecen robots con apariencia humana. Les cuesta demasiado expresar, y al espectador mucho más empatizar. El uso y abuso de la voz en off termina consiguiente que veamos al protagonista (Marc Jarvis) como un tipo cansino. Naomi (Oona Chaplin), su novia del pasado, no consigue más de lo que hubiese conseguido un maniquí. Nada resulta real.

La estética acaba por rematarla. Más cercana a un publirreportaje de una clínica dental que al cine en si mismo. Si se llega a llamar el Método Dentix nos quedamos igual. Mateo Gil ha intentado hacer su Gattaca bebiendo de Abre los ojos, pero se le ha Gattascado seriamente. Una pena. Esperamos su pronta recuperación y un regreso a la senda de anteriores trabajos.

Noctem: Araquiel’s Box Project

Noctem es la última aportación española al Found Footage tras La saga REC y La cueva. El FANT 23 recibió a su director Marcos Cabotá y a sus protagonistas, Adrian Lastra y Esteban Piñero ‘Basty’ para hacer el primer pase con público de la película dentro de la Sección Oficial del Festival. Lastra, conocido por Primos o la serie Velvet, explicó que la idea de la película surge de una experiencia paranormal vivida en su casa. A partir de ahí decidieron hacer una película/experimento sobre lo ocurrido.

¿De qué va? Adrian Lastra y Esteban Piñero ‘Basty’ han desaparecido en México. El actor Álex Gonzalez, amigo de Adrian, le pide a un amigo que rescate los videos de sus móviles para clarificar los hechos.

La película comienza bien gracias a la acertada decisión de que los actores no interpreten a personajes, si no que sean ellos mismos con sus nombres reales, recurso que ya hemos visto en otras obras como Juerga hasta el fin. Y no todos son actores. Esteban Piñero ‘Basty’, miembro del grupo musical D’Nash se estrena en el cine con este papel. Según cuenta Cabotá, el reparto tuvo la generosidad de abrir las puertas de su casa y mostrar su intimidad. En el filme aparecen también parejas y amigos de los protagonistas haciendo de si mismos. De este modo, el texto y las situaciones de la película son en parte pura improvisación. En ese entorno ‘natural’ destaca la interpretación de Álex González.

noctem-alexgonzalez

En lo argumental, Noctem encajaría como un guante como uno de los sucesos que recrea cuarto milenio. La amenaza se llama Araquiel, un muy digno representante de las fuerzas del mal. El problema principal reside en que la película se fija demasiado en otros found footage ya conocidos, especialmente El proyecto de la bruja de Blair y Paranormal Activity. Algunas ideas de puesta en escena están sacadas de la obra maestra de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez. Por esta razón diría que la película puede ser encajada mucho mejor por espectadores no iniciados en el género.

En la parte técnica hay algunos detalles que se podían haber pulido para hacer un resultado más realista, como las interferencias de los videos y la excesiva iluminación del flash del móvil en las escenas de oscuridad. Demasiado artificiales. Detalles como estos son los que me han impedido tener una experiencia terrorífica. Aunque he de decir que si que ha oído algún grito en la sala durante la proyección.

noctem-fant-cozumel-mexico

En definitiva, estamos ante una cinta sin pretensiones que consigue entretener, pero cuyo resultado es irregular. Algunas ideas funcionan y otras no. Aún así, siempre es bienvenido cualquier nuevo intento en géneros poco transitados por la cinematografía española. Ojalá Noctem funcione.

 

El ataúd de cristal: La limusina de Caronte

vacometro4

Es un orgullo afirmar que la mejor película de lo que llevamos de FANT es bilbaina. No acudía con demasiadas expectativas al pase, quizá porque los cortos de Haritz Zubillaga, aunque correctos, no me habían maravillado. Pero El ataúd de cristal conquista por la vía rápida.

¿De qué va? Una ‘Meryl Streep‘ del cine se dirige en limusina a recoger un premio a toda su carrera. Lo que parecía una convención más en la vida de una estrella se convertirá en una auténtica pesadilla.

La actriz tinerfeña Paola Bontempi, que ya trabajó con Zubillaga en She’s lost control, sale airosa de un desafío complicado. Bontempi aparece en la práctica totalidad del metraje, y lo que soporta durante sus 75 minutos no es precisamente un camino de rosas. Estamos ante una exigente interpretación a todos los niveles. Esto no es Paseando a Miss Daisy.

Pero si Bontempi es importante en la película más lo es la limusina que la transporta, el bien llamado Ataúd de Cristal. Un espacio hipnótico que emparenta Cube con 2001: Una odisea en el espacio. De Cube tiene ese uso del color. Si en la película de Natali cambiaba el color en cada cubo aquí tenemos lo mismo, pero con control remoto De 2001 la película se lleva el ojo de Hal 9000, esta vez manejado por algo más peligroso que la inteligencia artifiial: El ser humano.

Tanto el trabajo de dirección artística como la fotografía son impresionantes. Nada hace indicar que estemos ante una cinta de bajo de presupuesto. Hasta la violencia es elegante en el interior del vehículo. Mención especial merece la excelente banda sonora de la película, compuesta por Aránzazu Calleja. Música siempre presente para indicarnos en todo momento que la amenaza es real. Encaja como anillo al dedo con las imágenes de la película.

Por si esto fuera poco, Zubillaga ha creado además un personaje icónico que nos ha conquistado desde la presentación: El misterioso chofer de la limusina. Nos hemos quedado con ganas de saber más de él. Da para un spin off, o al menos para un cameo en la próxima película.

ataud-de-cristal-chofer

En definitiva, estamos ante un potente filme que aprovecha al máximo sus recursos y al que no se le ven las costuras. Esperamos que pueda tener el estreno digno en salas que realmente merece. Una gran opera prima.

«No he visto Saw» Haritz Zubillaga

fant-el-ataud-de-cristal

chofer-ataud-de-cristal

Tras la proyección, Haritz Zubillaga, el guionista Aitor Eneriz y Paola Bontempi respondieron a las preguntas de la audiencia. Uno de los espectadores hizo referencia al parecido entre El ataúd de cristal y el juego macabro de Saw, pero Zubillaga afirmó no haber visto la célebre película de James Wan. Eneriz habló de otros parecidos que le han sacado a la película, como el de un productor estadounidense que la relacionó acertadamente con el clásico ¿Qué fue de Baby Jane?. Asimismo desgranó como fue el rodaje de algunas escenas, como la espectacular secuencia final. El equipo estuvo ‘defendido’ en todo momento por el imponente chofer de la limusina.

Pieles: La malformación está en la mirada

El FANT 23 ha empezado fuerte. El Teatro Campos Eliseos ha sido un año más el escenario elegido para la ceremonia inaugural, y como en ediciones anteriores Lander Otaola y Maria Goiricelaya se han metido al público en el bolsillo con un humor espontáneo, valiente y muy oportuno. En esta ocasión han estado bien secundados por las ‘maníacas’ que se mezclaban entre el público para recordarnos que esto va de terror, aunque si hay que pasar de horror a La La Land se pasa. Cuánta razón Otaola al nombrar todos los festivales de cine bilbaínos para rematar diciendo “El FANT, al que va gente”, y es que en el Campos no cabía ni un alfiler.

IMG_5989

Este año la organización ha acertado de pleno con Pieles, la mayúscula bizarrada española que ha abierto el certamen. La opera prima de Eduardo Casanova es un auténtico salto al vacío artístico en el que el director consigue caer milagrosamente de pie. Pocos director pueden presumir de tanta libertad en su primer trabajo, aunque esto quizá hay que agradecérselo a Álex De la Iglesia, productor de la película.

Pieles pertenece al subgénero de historias cruzadas. La película presenta a varios personajes al límite unidos por un físico diferente, algo similar a lo que Tod Browning nos enseñó en La parada de los monstruos.

pieles-de-la-iglesia

Uno de los mayores logros de Casanova es la rapidez con la que el espectador se familiariza con ‘lo diferente’ tras la sensación de estupor inicial. Y es que cuesta en un primer momento cuesta hacerse a personajes como el que interpreta Ana Polvorosa, una joven con ano por boca. Si por algo merece todos los elogios esta cinta es por su extraordinaria labor de maquillaje, bien acompañada por una dirección artística cuidada al detalle en el que predominan los tonos rosas (Veáse en look del elenco en la foto de portada).

Las referencias de la película son claras. Las más evidentes un Almodovar desatado o un David Lynch menos oscuro de lo habitual. A Casanova bien podríamos emparentarle con Carlos Vermut, quizá porque ambos comparten sendos debuts suicidas y se decantan por las historias cruzadas. La sensación tras terminar Diamond Flash no era muy distinta de la que se queda al final de pieles.

Casanova también ha acertado con el reparto, del que hay que destacar su generosidad. Sorprende para bien el ‘Freddy Krueger’ que interpreta Jon Kortajarena, totalmente irreconocible hasta el final. Muy meritorio también el ya mencionado personaje de Ana Polvorosa. Lo más sencillo era caer en el más absoluto ridículo, pero lo excesivo del maquillaje contrasta con la serenidad de la actriz para afrontarlo. Itziar Castro es para mi uno de los descubrimientos de la cinta. Quizá el personaje de la casi siempre extraordinaria Candela Peña es el que mejor sintetiza el sentir del filme. Siente que no va con ella lo de ‘ser diferente’ y ve claramente que el problema lo tiene el espectador.

La peor noticia para Casanova es que estamos ante una de esas películas que despertará fobias directas por su contenido, incluso entre los que no lleguen a verla. La mejor, es que estamos ante una pieza de culto instantáneo.

*La película se estrena en cines el 9 de junio de 2017

El bar: La cara B de España

vacometro3

De la iglesia se ha convertido con el tiempo en un género en si mismo. Todas sus películas se presentan como comedias, pero casi ninguna lo es como tal. Todas parecen thrillers, pero casi ninguna lo es. Todas parecen de género fantástico, pero casi ninguna lo es. No es excepción El bar, que aún estando lejos de sus mejores obras, cumple los mínimos de un director que rara vez baja del seis.

La película cuenta la historia de un grupo de personas que coincide por azar en una taberna. Situación cotidiana de no ser por el disparo en la cabeza que recibe uno de los clientes al salir del local. A partir de ahí, los desconocidos comenzarán un encierro que les llevara al límite.

El bar tiene las virtudes y defectos de las últimas películas del director: Un comienzo espectacular y una ligera caída hacia el final. En esta ocasión se debe a que el guión que firma Jorge Guerricaechevarría junto al propio director no está a la altura de la brillante puesta en escena. Por suerte esto no afecta al entretenimiento. El bar dura en un suspiro, y la experiencia merece la pena. En parte gracias a ese bar que es visita ineludible en Madrid, el mítico Palentino de la Calle Pez, en Malasaña. Escenario ideal para que el apocalipsis resulte cotidiano.

el-bar-casas-blanca-suarez

Los actores habituales de la última etapa del director responden una vez más. En especial los polos más extremos de la función: ‘El mendigo’ encarnado por Jaime Ordoñez y ‘la pija’ que interpreta Blanca Suarez, quizá los dos personajes más jugosos y mejor defendidos.

De la Iglesia no desaprovecha la ocasión de mostrarnos a la España en B, una España que se ha desarrollado ‘bajo manta’ mientras celebraba el gol de Iniesta. Una España regida por trileros y una población jugadora que acepta la estafa en cada partido, todo esto patrocinado por el cuarto poder, incapaz de denunciar la trampa. Y lo peor es que los que pillan el juego se acaban matando entre ellos. Si no sabéis de lo que hablo preguntarle a Iglesias o Errejón, o preguntar por los idus de marzo del PSOE. El bar es una gran metáfora de nuestro tiempo.

 

 

En Spoiler (Deja de leer aquí si no lo has visto)

El cine español ha perdido una oportunidad de oro de entrar en el terreno de la ‘falsecuela’: Película que se presenta como un estreno independiente, pero que acaba encajando en otra saga sin marketing ni aviso previo), el trampantojo hecho cine. Digo esto porque la película de Álex encajaría como un guante como una historia enlazada al universo cinematográfico de REC.

Que Dios nos perdone: Madrid bajo el terror del Follaviejas

vacometro4

La segunda película de Rodrigo Sorogoyen (Stockholm) alcanza de forma instantánea el Olimpo del Thriller español. Estamos ante uno de los mejores filmes de la caza del spanish serial killer. El tiempo la pondrá en su lugar, si no lo ha hecho ya.

La película nos traslada al Madrid 2011, un Madrid difunto de las Olimpiadas en el que el 15M y la visita de Benedicto Equis Uve Palito manchan de tinta los periódicos. En ese contexto, dos peculiares policías investigan la muerte violenta de varias ancianas.

Hay dos influencias claras en Que Dios nos perdone. Por un lado encontramos ecos del thriller Fincheriano, por otro encontramos un tono cercano al del thriller coreano. El éxito de Sorogoyen radica en beneficiarse de elementos conocidos para reinventar el thriller castizo. El resultado esta lejos del thriller de pura influencia americana de Daniel Monzón. La película es española, muy española, y madrileña más concretamente. La ciudad se presenta como un personaje más de la trama. Una gran recreación del sofocante julio madrileño, con tanto acierto como el desgarrador madrid estival del Barrio de León de Aranoa.

Y todo esto dando total protagonismo a los personajes, defendidos extraordinariamente por todo el reparto. Antonio De la Torre consigue en la película algo muy complicado: Que a pesar de ser Antonio De la Torre veamos a su personaje, el tartamudo Velarde. Un investigador de nivel, parco en palabras, y con un auténtico infierno interior. Brilla a la misma altura un desatado Roberto Álamo, convertido en un colérico policía que se sitúa en la frontera entre John Mclane y Jose Luis Torrente.

Que Dios nos perdone PELICULA

Quizá lo peor del filme sean sus últimos minutos. Si bien responden a una lógica, no están a la altura del potentísimo resto del metraje. Por suerte, predomina lo notable, como esa realización trepidante cámara en mano que incorpora realidad al resultado final.

Que Dios nos perdone confirma el gran momento del thriller español, gracias a las recientes El hombre de las mil caras o Tarde para la ira, que se suman a títulos aventajados como Tesis o La Isla mínima. Empezaba a ser hora de que el cine español dejara atrás el drama o la comedia.

 

Almodovar se carga el acento gallego en Julieta

Hoy no vamos a hablar de la notable Julieta, una de las mejores películas del Almodovar reciente. Vamos a hablar de una inexplicable decisión del director en la película.

Además de Madrid, la película se desarrolla en un lugar indeterminado de Galicia. No solo lo sabemos porque se ha rodado en lugares como Redes, Ares o Mugardos. Los nombres de los personajes, Xoan o Antia, o la muy gallega decoración de la casa gallega de Xoan así lo confirman. Tras Madrid, es el lugar más frecuentado por la trama. Xoan es pescador, su hija Antia ha crecido allí hasta la adolescencia, y Marian, ama de llaves de la casa, parece no haber salido jamás de ese pueblo ficticio. Al igual que Ava, amiga de Xoan desde la infancia que también pertenece al lugar. Pues bien, ninguno de estos personajes habla gallego. Aquí podríamos entrar en un debate sobre lo que suma o resta la inclusión de subtítulos y otras lenguas. Puede pasar. Pero hay un elemento que convierte a este drama con elementos de thriller en una película de ciencia ficción: ¡Ninguno de estos personajes tiene acento gallego!

almodovar-acento-galicia-julieta

Quizá se la puedan ‘meter’ a alguien que no ha estado en la fascinante tierra de Cunqueiro y Castelao, pero a mi no me la cuelan. He pasado la mayor parte de mis veranos en Galicia por razón de sangre, y hablar de gallegos de zonas rurales sin acento es más increíble que el monstruo del Lago Ness en una clase de biología. Y no se queda solo ahí. La película tampoco pone acento cuando la acción se traslada a Andalucia.

La pregunta es ¿Por qué? Y solo Almodovar tiene la respuesta. Pero de entrada me parece una falta de respeto a la riqueza que aporta esa seña de identidad, esa carta de presentación que indica nuestro origen y que cuesta tanto disimular.

Hay que mantener los acentos del cine, aunque siempre haya algún gilipollas que viendo la muy sevillana ‘El mundo es nuestro’ grite a la pantalla… ¡Qué aprendan castellano! Va siendo hora de que los espectadores conozcan la realidad peninsular. Bravo por el euskera de Igelak o el catalán de La propera pell. Bravo por los creadores que hacen que el cine español no sea uno grande y libre, y en perfecto castellano.

Ahora os toca opinar a vosotros.